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El fenómeno de los niños migrantes no acompañados

domingo, 29 de junio de 2014

El flujo de migrantes de Centroamérica por nuestro país en su paso hacia Estados Unidos de Norteamérica se ha dado desde hace décadas, sin embargo, el escenario actual es totalmente diferente, preocupante y requiere de atención especializada por tratarse de niños sin acompañantes adultos; lo cual nos compromete como país en proteger sus derechos humanos, en cumplimiento de nuestras obligaciones internacionales, pero sobre todo, por ser un asunto humanitario hacer efectivo el reencuentro con sus familiares y retornarlos a su país de origen.

Se calcula que desde octubre del año pasado son más de 52 mil menores los que han cruzado la frontera estadounidense. Hoy, los niños migrantes representan el 35 por ciento de las personas que son rescatadas o aseguradas por el Instituto Nacional de Migración y repatriadas desde México a naciones centroamericanas.

El gobierno mexicano tiene la disposición de hacer más confortable la estancia de estos menores migrantes, brindándoles seguridad física, alimentaria y agilizando los procesos de repatriación para lograr lo antes posible la reunión de los menores con sus familiares.

La estrecha cooperación entre los países involucrados como Honduras, Guatemala, Salvador, Nicaragua, México y Estados Unidos son una condición indispensable para encontrar los instrumentos que reduzcan la exposición de los menores a los riesgos de este tipo de viajes.

La comunidad internacional tiene puesto los ojos en nuestro país por varias razones, como las reformas estructurales alcanzadas que prometen grandes beneficios, pero también, por la situación de los menores migrantes. México debe demostrar la capacidad que tiene para resolver situaciones como estas en las que se encuentran en juego los derechos humanos que en gran medida son el fundamento de nuestra democracia.

El ser humano por el sólo hecho de existir tiene derechos fundamentales y cualquier país debe respetar, promover y proteger esos derechos con independencia de su calidad migratoria. México siempre ha sido una nación cálida con los extranjeros que ingresan al territorio nacional, pero los niños como este caso, son lo más preciado por representar, además, el futuro de nuestras naciones.

Un país con una democracia consolidada, tiene la virtud de proteger los derechos fundamentales de cualquier ser humano que se encuentre en su territorio.

Desde este espacio hago un reconocimiento a las autoridades migratorias mexicanas y a la CNDH que realizan grandes esfuerzos por brindar una adecuada estancia a los niños migrantes centroamericanos.

En México, los niños vengan de donde vengan, merecen nuestro respeto y nuestra ayuda.

Libertad de expresión: el valor de informar sin temor

miércoles, 11 de junio de 2014

El pasado sábado 7 de junio los mexicanos festejamos el ejercicio de la libertad de expresión.

El periodismo serio y el ejercicio de la libertad de expresión siempre fueron y serán base para el desarrollo de la democracia y el fomento de la participación ciudadana a través de la información de calidad.

Hace 63 años, el presidente Miguel Alemán Valdés comprendió el valor la libertad de expresión como incentivo para una sociedad informada con posibilidades de ejercitar plenamente sus derechos, por lo cual estableció esta fecha como el "Día de la Libertad de Expresión".

El camino no ha sido fácil, sin embargo, con el pasar de los años se han efectuado esfuerzos importantes para generar las condiciones para el ejercicio pleno de la libertad de expresión.

El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, ha expresado que cree con firmeza que el verdadero desarrollo sólo puede lograrse a través del ejercicio de las libertades plenas. En el Foro Económico Mundial 2014 expresó convencido “México es una democracia plena y de sólidas instituciones, por lo que el gobierno de la República continuará promoviendo la libertad de expresión y demás condiciones indispensables para ejercer el periodismo”.

Los servidores públicos debemos tener la convicción de apoyar con firmeza a los comunicadores comprometidos con la verdad y la información. Todo ciudadano tiene el derecho fundamental a la información veraz, oportuna y suficiente para participar en las decisiones de gobierno a través de las vías democráticas existentes.

Nuestra democracia se fortalece si todos participamos, pero debemos participar con suficiente información para contribuir a su desarrollo. En este punto, la tarea periodística es pieza fundamental para mantener la comunicación entre gobierno y ciudadanos.

Creo firmemente que en México no debe existir un sólo lugar para la violencia hacia los medios de comunicación. La expresión de ideas libre, plural y transparente es un derecho humano y precepto constitucional imprescindible.

La democracia implica la coexistencia de opiniones discordantes, el periodismo las registra y la política intenta conciliarlas.

Desde este espacio, con motivo del "Día de la Libertad de Expresión" mi gratitud y reconocimiento,  a quienes la practican, la honran y la dignifican.

El lamentable deceso de Francisco Blake, un suceso para la reflexión

domingo, 13 de noviembre de 2011

Héctor Yunes Landa

El accidente aéreo en el que perdieran la vida el Secretario de Gobernación y siete personas más es un hecho triste y lamentable para nuestro país. En primer lugar está la tragedia directa y personal que viven los familiares de los funcionarios y tripulantes, lo cual se pierde de vista cuando sólo se considera el evento desde la óptica pública, pero es de significarse que quienes más pierden siempre son los deudos de las víctimas, en particular sus hijos.

La pérdida de una vida humana es algo que conmueve y entristece, en especial si ésta acontece en circunstancias trágicas y pudo haberse evitado. Es por ello que prevalece la sensación de duelo en la sociedad. Francisco Blake, la personalidad de mayor rango en el deceso, fue un secretario discreto y sin protagonismos; no estuvo involucrado en escándalos ni realizó una gestión cuestionada por parcialidad o errores considerables. Puede decirse, en honor a la verdad, que su paso por Gobernación deja un buen sabor de boca y la percepción de que fue un funcionario probo que cumplió de manera responsable y atingente una responsabilidad muy delicada, de gran envergadura para la nación. Descanse en paz Francisco Blake Mora, así como las personas que a su lado perecieron.

Me parece que el mejor homenaje que puede hacerse tanto a Blake como a todos los funcionarios muertos en el accidente es la reflexión necesaria en torno a tres temas fundamentales: el primero es lo secundario y estériles que pueden resultar los problemas frente a la pérdida de vidas humanas; el segundo es la necesidad de aclarar perfectamente las causas del accidente, y, por último, pero no menos importante, hacer algo respecto al gran número de accidentes aéreos que ocurren en el Valle de México.

Este accidente se da en un contexto de confrontación entre el Estado Mexicano y la delincuencia organizada, lo cual exacerba la circulación de versiones acerca de la posibilidad de un atentado. La suspicacia adquiere relevancia porque es el segundo Secretario de Gobernación fallecido en circunstancias similares, además de que en 2005 el entonces Secretario de Seguridad, Ramón Martín Huerta, falleció también en el desplome de un helicóptero. Esto se ha incrementado debido a que apareció un tweet horas antes del accidente con un mensaje que se ha interpretado como una amenaza cifrada:

@Morf0 Morf0
Mañana a las 11/11 les caerá un secretario del cielo... evite reforma.
10 de nov Favorito Retwittear Respuesta

A pesar de que el autor ha dicho que fue una broma subsecuente a muchas otras similares que él ha hecho, la percepción ciudadana ha tomado este mensaje con escepticismo. Por esto y por la difusión de una serie de opiniones de círculos académicos y de inteligencia estadunidenses acerca de la posibilidad de que exista en México “narcoinsurgencia”, es de vital importancia aclarar esto de manera pública, transparente e indubitable.

Prácticamente ningún noticiero ha referido este hecho; entiendo que para no dar pauta a mayores especulaciones. Pero esto ha generado más especulaciones a nivel social y la gente, persuadida por su tendencia a imaginar y sus reticencias hacia el poder público, construye su propia versión colectivamente. Me parece que no es evadiendo estos rumores como se les enfrenta, sino encarándolos, como ha hecho, por ejemplo, la cadena CNN, quien entrevistó al autor de este tweet.

Por otra parte, debe considerarse lo inútil y lamentable de estos decesos, porque aunque haya sido un accidente ¿Era imprescindible realizar ese vuelo? ¿Vale la pena arriesgar vidas humanas por asistir a un evento? ¿La situación del país obliga a tomar estos riesgos? Se dice que con frecuencia la cadena de mando se impone a las opiniones de los pilotos y los obliga a realizar el vuelo en circunstancias altamente riesgosas.

Precisamente por estas interrogantes es fundamental despejar cualquier duda respecto a las causas del accidente. Muchos ciudadanos se preguntan y comentan entre ellos porque un helicóptero tan dotado y una tripulación tan experimentada han tenido ese trágico desenlace y cuando surge la idea de que pudiera haber sido algo más los agobia el pesar y la congoja. ¿De qué estaríamos hablando si no hubiera sido un accidente?

Cuando escuchamos a expertos en el tema, éstos aseguran que, en efecto, las condiciones usuales en el Valle de México con frecuencia ponen en aprietos aún a los más avezados pilotos de helicópteros, por la fragilidad de estas naves frente a la densa nubosidad e fuerte intensidad de los vientos en las zonas serranas. Volar en helicóptero desde del D.F., ejemplifican, es como tratar de salir de una cazuela por encima de los bordes y cuando hay alta nubosidad es necesario situar el helicóptero por encima de ella. El problema es que arriba de las nubes el helicóptero se vuelve frágil y los vientos pueden sacudirlo “como a una pluma” provocando un accidente, por ello deciden situarse debajo de las nubes, pero muchas veces esto los hace encontrarse con los cerros. A pesar de la pericia y experiencia la circunstancia hace muy probables los accidentes en esta zona.

Por todo esto, más importante aún resulta la urgente necesidad de tomar medidas respecto a la realización de vuelos en la zona donde tuvo lugar el accidente, ya que al revisar las estadísticas de los últimos años, es alarmante el número de accidentes similares ocurridos en esta zona. Las estadísticas realizadas en el mundo con más de 1800 accidentes reales difieren de lo que sucede en el Valle de México: el 50% de los accidentes se debe a un error del piloto, el 22% a un error mecánico, el 12% a causas climatológicas, el 9% a un sabotaje y el 1% a otras causas. En nuestro caso, una gran proporción de accidentes se atribuyen a las causas climatológicas.

Lo mejor, sin duda, en un ambiente de tanta crispación como el que vivimos, es hacer una correcta difusión de lo sucedido, soportada en la opinión de expertos reconocidos y confiables, de prestigio y nivel internacionales. Hay que decir, si es el caso por ejemplo, que los restos de la aeronave muestran signos de haber colisionado, que no tiene rastros de haberse incendiado y no hay evidencias que hagan pensar que hayan sido derribados.

Por último, valga decir que los funcionarios y políticos podemos ser sustituidos, lo que no será fácil es resarcir a los familiares de las víctimas, que han perdido a sus cónyuges, padres, hijos y familiares. Desde este espacio, mi sincera condolencia a las familias de estos servidores públicos, fallecidos en el cumplimiento de su deber. Descansen en Paz Felipe de Jesús Zamora Castro; José Alfredo García Medina; Diana Miriam Hayton Sánchez; René de León Sapién; Felipe Bacio Cortés; Pedro Ramón Escobar Becerra y Jorge Luis Juárez Gómez.

La admisión de Palestina en la UNESCO y el nuevo desacato de EE UU

lunes, 7 de noviembre de 2011

Héctor Yunes Landa

El pasado 31 de octubre fue un día de gran trascendencia para la diplomacia mundial y los organismos internacionales. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, mejor conocida como UNESCO por sus siglas en inglés, admitió a Palestina como Miembro de Pleno Derecho en el seno de dicha organización, que hasta entonces había estado en calidad de observador.

La votación fue de 107 votos a favor, 14 en contra y 52 abstenciones. Con esto, se logró superar ampliamente el requisito de que la solicitud palestina hecha el 27 de septiembre contara con el respaldo de dos tercios de los estados miembros (81). Brasil, Rusia, China, India, Francia y España, entre muchas otras naciones, votaron a favor, mientras que Estados Unidos, Israel, Canadá y Alemania, fueron algunos de los países que se opusieron a tal decisión.

Llama la atención el caso de México, que bajo argumentos débiles e insuficientes trató de justificar una medrosa posición ambivalente, que exhibe una vez más la incoherencia del Gobierno Federal con la tradición internacionalista que posicionó a México como una nación respetable en el mundo durante muchas décadas de exitosa gestión diplomática. Es posible que al igual que Colombia, México haya elegido la abstención por la dependencia que mantiene en muchos ámbitos con Estados Unidos, especialmente en el de la Seguridad.

Estados Unidos reaccionó como es su costumbre cuando una resolución no es la que pretendió imponer: anunció de inmediato su decisión de no entregar a la UNESCO las aportaciones prevista para noviembre (60 millones de dólares), tratando de asfixiar a este organismo, ya que el 22% de su presupuesto depende de las cuotas provenientes de esa nación.

La historia de desacatos a las resoluciones de los organismos internacionales por parte de Estados Unidos está largamente documentada, a grado tal que muchos analistas expertos en Diplomacia y Derecho Internacional consideran que los organismos que regulan las relaciones entre las naciones están desahuciados.

Cuando el conflicto Árabe-Israelí iniciaba, la ONU emitió la resolución 181, el 29 de noviembre de 1947, en la que reconocía el derecho de ambos pueblos a contar con un territorio y plena soberanía; recomendaba para ello la partición del territorio palestino, estableciendo con precisión el número de árabes y judíos para cada uno de ellos, así como el establecimiento de una zona neutral de jurisdicción multinacional, que comprendiera a Jerusalén y Belém.

El 11 de diciembre de 1948, la ONU emitió la resolución 194 donde censuraba la expulsión forzada de miles de palestinos por el ejército israelí y establecía el derecho de los refugiados palestinos a regresar a su tierra o a obtener una justa indemnización en el caso de no permitírseles.

El 22 de noviembre de 1967, la resolución 242 de la ONU, postulaba la “retirada del ejército israelí de los territorios ocupados en la “Guerra de los 6 días” y el reconocimiento de la independencia, la integridad territorial y la soberanía de cada Estado de la región, así como su derecho a vivir en paz dentro de su territorio…”. El 22 de octubre de 1973 se emitió la resolución 338, que ratificaba la resolución 242 y recomendaba el cese al fuego inmediato y el inicio de las negociaciones.

Ha habido por lo menos 6 resoluciones posteriores en contra de la beligerancia israelí y su política de invasiones sucesivas que han sido ignoradas tanto por Israel como por su aliado y protector, Estados Unidos.

La arrogancia estadunidense frente a estas resoluciones, emitidas por el máximo órgano que regula las relaciones entre las naciones del mundo, surgido a raíz de la última conflagración mundial, es ofensiva e inaceptable para cualquier intento de diplomacia sustentada en un espíritu de Justicia y Equidad internacionales; peor aún, contraviene de manera humillante el principio fundamental que dio origen a la ONU: la relación democrática entre las naciones del mundo y las decisiones de carácter internacional.
Esto se ha visto agravado por el fin de la “Guerra Fría” y el declive de la URSS y el bloque socialista, ya que los Estados Unidos y la OTAN son ahora la única potencia militar, sin contrapesos y sin límites, con la posibilidad de declarar la guerra a quien les parezca, invadir a quien les plazca, o perseguir y aniquilar a cualquiera que no se pliegue a sus intereses.

Baste recordar el desacato a la resolución 1441 de la ONU, que establecía un plazo para que Irak permitiera una inspección de parte de este organismo frente a las acusaciones de poseer armamento nuclear. Antes de que concluyera dicho plazo y tal inspección, los Estados Unidos declararon a Irak la cabeza del “Eje del Mal” y decidieron invadirlo, sin importar la división que esto generó tanto en el Consejo de Seguridad de la ONU como en la Asamblea de este organismo. Las armas nucleares nunca han sido encontradas y la reconstrucción de Irak ha sido botín de guerra para los aliados norteamericanos. No debe perderse de vista lo que ahora está sucediendo en muchas naciones árabes.

Es difícil distinguir si esto es una remembranza de la Santa Inquisición o a una visión “reloaded” de la “Pax Romana” impuesta durante las “Guerras Púnicas” por Roma a Cartago. Es casi imposible suponer que haya alguna fuerza capaz de oponerse a esta dictadura déspota y unilateral en el escenario mundial. Lo que sí es fácil suponer es que esta política del “Toma Todo”, practicada por un pequeño grupo de estados controlados por los grandes intereses transnacionales es la causa de los males que hoy padece el mundo.

Cuando vemos los movimientos de indignados, la hambruna que flagela a muchas regiones del mundo, la imposibilidad de generar inversiones, empleos e ingreso, a pesar de haber tantos capitales y tanta riqueza en el mundo, me parece que no hay otra explicación que la miopía y la cerrazón que resulta en supina estupidez de algunos seres humanos, que en su afán de poseer insaciablemente, tienen al planeta al borde del colapso.

Sería tan fácil asumir, con dos dedos de inteligencia, que es urgente ceder en algunas cosas; que mientras que unos cuantos sigan obsesionados con apoderarse de toda la riqueza en el planeta, sin respetar mínimamente el ecosistema, la paz y el progreso mundial serán imposibles. Podrían tener una visión alternativa, ni siquiera por caridad o solidaridad, sino por la elemental consideración de que este mundo es hasta hoy el único que tenemos, y que un día, la desesperación, el hambre y la falta de esperanza, pueden provocar un caos que ningún ejército podrá detener, salvo que se decida practicar una política de exterminio masivo.

Tratando de mantener una posición imparcial en el conflicto Judío-Palestino, no es posible entender porque se niega la posibilidad de que la Ciencia, el Arte y la Cultura, puedan representar algún paliativo para esta región, a través de la acción de la UNESCO. No se entiende si es soberbia o ignorancia porque Estados Unidos se empecina en mostrar su cara más retrógrada al mundo.

Le urge a México un Jefe de Estado

lunes, 24 de octubre de 2011

Héctor Yunes Landa

Aunque ya me he referido antes a este tema, vale la pena insistir a la luz de los acontecimientos recientes y por el riesgo que representan: El presidente Felipe Calderón no entendió nunca lo que significa ser Jefe de Estado y las implicaciones de su actuación.

Sus desafortunadas declaraciones sobre la situación del narcotráfico en Veracruz ante miembros de organizaciones civiles en contra de la violencia, dejan manifiesta una vez más su incapacidad de argumentar con otra cosa que no sean ataques y descalificaciones. Pero lo que sin duda es una muestra de su desequilibrio es la declaración insensata ante un medio estadunidense culpando al PRI de querer pactar con la delincuencia organizada. Ambas aseveraciones muestran su obstinación en perpetuarse en el poder sin importar incurrir en la más burda ilegalidad, pero sobre todo, exhiben la incomprensión del lugar que ocupa y su incapacidad para desempeñarlo.

Ya desde 2006 cuando era candidato a la presidencia, sustentó su llegada a los Pinos en una negra campaña de desprestigio y agravios al candidato Andrés Manuel López Obrador, una campaña artera como nunca la habíamos visto en este país. Ahora, el presidente vuelve a hacer uso de sus galas y compromete sin más pruebas o sustento que sus palabras y su “parecer”, la responsabilidad de un gobierno como el de Veracruz, que siendo víctima de la guerra ocasionada por él mismo, y a pesar de demostrar total disposición para combatir a la delincuencia, está sufriendo la perversa estrategia de Calderón, que ha intentado trasladar la culpa de la violencia nacional a los gobiernos estatales.

Con sus ataques viscerales al PRI demuestra que no tiene realmente ninguna prueba contra nadie, porque de tenerlas ya las habría usado. Trata con estas difamaciones de provocar miedo en la ciudadanía con la mentira de que el PRI quiere negociar con el narco y con el cuento de que “es un peligro para México”, tal como lo hizo en 2006 con el candidato del PRD. Su parcialidad raya en el cinismo, ¿Por qué no dice que Vicente Fox, representante ilustre del PAN, grita a los 4 vientos que hay que pactar con el narco? Ahí si hay pruebas, solo que no le conviene decirlo, a pesar de que es la voz del ex presidente más reciente, surgido de su propio partido, y esto va en contra de su estrategia electorera.

Es claro que ni siquiera le importa ya ganar la guerra que desató ni la situación de caos y desorden social que habrá de heredar. Porque ninguna guerra a lo largo de la historia se ha ganado con un Estado polarizado y una nación dividida. El caso de Colombia requirió una unión de todos los bloques políticos para lograr ponerle un alto al narcotráfico y un pacto entre las fuerzas políticas para vencer a los cárteles. George Bush, otro ejemplo, necesitó el apoyo de los demócratas para la guerra contra Irak, y sobran ejemplos similares en la historia. Calderón se la ha pasado atacando a los partidos, a los gobiernos estatales y municipales –del PRI y del PRD, por supuesto-, a los empresarios, a las iglesias, a los sindicatos, a los medios de comunicación, a las universidades, a las ong’s y a todos los sectores que no se han plegado a su único objetivo: una guerra insensata, que en opinión de muchos su único resultado es que ha propiciado cuantiosas fortunas para quienes manejan el presupuesto de la seguridad nacional, además de más de 50 mil muertos oficialmente reconocidos.

Los ataques del presidente sólo van dirigidos convenientemente a los estados en los que gobierna la oposición. Está más que clara su intención de asfixiar a los gobiernos priistas y perredistas rumbo a la elección presidencial de 2012. Y en ese afán de entregarle la banda presidencial a un desdibujado y gris Cordero, está permitiendo, el sí permitiendo, que los grupos de delincuencia organizada, sigan avanzando en nuestros estados, para poder así atacar a sus gobernantes.

El Gobierno de Javier Duarte trabaja todos los días y de todas las formas posibles para ponerle fin a esta penosa situación. Él no se ha detenido a mirar el color partidista del gobierno del Presidente, le ha abierto las puertas a los operativos federales, ha cooperado con el Ejército y la Marina para implementar estrategias de seguridad en todo el Estado, pero sobre todo, ha sabido mirar por encima de partidismos hacia el bien superior producto de todas estas acciones: la seguridad de su gente.

Es lamentable para los ciudadanos caer en la cuenta que el actual ha sido un sexenio perdido, que Felipe Calderón ha desperdiciado el tiempo en tratar de vengarse primero del PRD y ahora del PRI, y embarcando al país en una guerra sin futuro. Pero como dice el sabio refrán “No hay mal que dure cien años” y a éste solo le falta uno.

La posibilidad de un Gobierno de Unidad Nacional

lunes, 17 de octubre de 2011

Héctor Yunes Landa

En días recientes ha sido difundida una propuesta inédita en México que llama la atención por el carácter trascendente que reviste, pero sobre todo por la viabilidad que podría generar para avanzar en la solución de muchos de los problemas que enfrentamos, especialmente, en los temas de la Seguridad y la Economía.

La propuesta consiste en un gobierno de coalición que, sin tener aún precisados los alcances y matices, tiene como premisa fundamental la inclusión de todas las fuerzas políticas con representación en el Congreso Federal en el que será el nuevo Gobierno de la República a partir del próximo año.

Esta idea cuenta con la paternidad de varios políticos de militancia diversa, pero también tiene el aval de respetados intelectuales, que además de contar con inteligencia y sensibilidad, tienen la experiencia teórica y práctica que les da haber vivido y estudiado en distintas naciones y sistemas políticos.

La justificación para exponer a consideración de los mexicanos una propuesta de tal envergadura se sustenta en la experiencia vivida por nuestro sistema político a partir del establecimiento de la normalidad democrática. Desde que nuestro sistema transitó del predominio del PRI a una mayor representación de otros partidos, la toma de decisiones en el gobierno se ha visto complicada.

Desde 1997, cuando el PRI perdió la mayoría absoluta en el Poder Legislativo, las decisiones políticas del Ejecutivo han debido pasar por un proceso de deliberación y aprobación que ha sido lento y complejo, resultando casi siempre o bien en negativas rotundas o en aprobaciones suspicaces, que han generado descalificaciones por parte de los partidos que han mantenido su oposición y han votado en contra.

Uno de los ejemplos más ilustrativos ha sido cuando en 1997 el gobierno de Ernesto Zedillo trató de impulsar una reforma en el Sector Energético, enviando una iniciativa para modificar el esquema para producir y vender energía eléctrica. El PAN, haciendo gala de relevante oposición se opuso a esta iniciativa, mediante una coalición coyuntural con el PRD, quien se sumó para boicotearla. Apenas unos años después, Vicente Fox envió una iniciativa similar al Congreso; el PRI hizo uso de sus potestades opositoras y, conjuntamente con el PRD, impidió que tal propuesta se hiciera realidad. Más allá de lo procedente o no de tal iniciativa, lo que llama la atención es la posición ambivalente que los partidos políticos han mantenido frente a una misma propuesta.

Es larga la lista de iniciativas que han corrido la misma suerte. Es claro que la visión sectaria, los intereses –legítimos o no-, e incluso la mezquindad de evitar que otro sea quien se lleve el crédito, han impedido que en muchos ámbitos nuestro país haya podido tener avances significativos.

Hoy México se enfrenta a una hora decisiva de su historia. La circunstancia que vivimos hace imprescindible la unidad. Esta situación de virtual guerra, prolongada, cruel y desgastante, que mantiene en la angustia y la desesperación a millones de ciudadanos, debe ser concluida. Esto no será posible sin la unidad del Estado Mexicano, lo cual quiere decir la unión de todas las fuerzas políticas y sociales a favor de una estrategia, consensuada, que ponga fin a este lamentable escenario.

Pero no es esta la única guerra que debemos ganar. El escenario mundial es poco promisorio; en todo el orbe observamos graves problemas financieros y una tendencia de la economía al estancamiento y la recesión. Al parecer, hasta ahora no hemos resultado mayormente afectados, pero es lógico suponer las repercusiones que derivan de un mundo globalizado. Por otra parte, nuestra economía no ha encontrado un camino de crecimiento franco y sostenido, que nos permita un despegue sostenido hacia el desarrollo.

En el ámbito interno, sobran los aspectos que debemos atender y superar: Educación, Salud, Medio Ambiente, Agua, Seguridad Social y un largo etcétera. Casi todos estos temas han permanecido en un letargo por la falta de acuerdo y voluntad política de los participantes del proceso político.

La experiencia histórica nos muestra que sólo cuando hay una clara definición del rumbo, soportada en un proyecto de nación, con visión de Estado, y en el consenso surgido de un acuerdo político fundamental, es posible que un país supere sus problemas y encuentre el camino del crecimiento económico y el desarrollo social.

El tema no es sencillo ni menor, requiere de talento, imaginación y creatividad, pero sobre todo de una gran voluntad política y amor a México, y muy especialmente, la humildad de renunciar a protagonismos, sectarismos y visiones autocráticas, así como a actitudes excluyentes, dogmáticas y sectarias. Es decir, llevar a cabo una idea de este tipo requiere poner el interés supremo de la nación y el deseo de resolver sus graves problemas, por encima de los intereses particulares y las visiones partidarias.

En particular, hay que considerar que la Democracia enfrenta ciertas limitantes para su ejercicio, especialmente en países como el nuestro, que adolecen de un sistema democrático incipiente, ausencia de una mecánica legislativa eficaz y una insuficiente consolidación de su sistema institucional. Todo esto propicia que, ante la falta de acuerdo, la deliberación se prolongue indefinidamente, postergando decisiones que son esenciales para la buena marcha de la nación.

Hay mucho por hacer y por supuesto que sería un proceso complicado que tendría que superar muchas trabas y resistencias, pero creo que la unidad en lo fundamental, en el compromiso y el amor por México no sólo es deseable, sino también posible. Puede ser esta en un Gobierno de Unidad, hay sobrados ejemplos históricos de cómo en muchos países los diversos se han unido en momentos claves de su historia.

Es posible imaginar cómo se sentirían los ciudadanos mexicanos al despertar un día y darse cuenta de que la clase política mexicana supera sus limitaciones y se sitúa a la altura de su momento histórico; que ha sido capaz de hacer a un lado el protagonismo ególatra y ha optado por sumar voluntades y esfuerzos para sacar a México de sus graves problemas. Estoy seguro que ese ejemplo de conducta superior permearía en la sociedad y propiciaría una acción colectiva ejemplar. Estoy seguro que este gran país que tenemos sería mucho mejor.

La indispensable reconciliación de los mexicanos

miércoles, 5 de octubre de 2011

Héctor Yunes Landa

Cuando el próximo año termine el desastre que han ocasionado los dos sexenios de administraciones del PAN será indispensable llevar a cabo una gran tarea de reconciliación de todos los mexicanos. No será una labor fácil ni rápida, porque reunir todas las partes en que Felipe Calderón ha fragmentado al país requerirá un gran trabajo de conciliación de diferencias y re-unión de voluntades.

Desde que Vicente Fox asumió la Presidencia de México mostró un total desprecio por la oposición, ya fuera ésta de izquierda o de centro; esto le impidió actuar como Jefe de Estado para crear los consensos necesarios y lograr un gran acuerdo nacional que materializara la tan anhelada transición de nuestro sistema político y la consolidación de nuestra democracia. De este modo, Fox perdió la gran oportunidad de pasar a la Historia como el gran estadista que condujera a México a una nueva era política y social.

La obsesión de exterminar al PRI, a pesar del claro mandato en las urnas que dotó a este partido de mayoría legislativa, lo llevó a perder el rumbo. Aún se recuerda cuando, una vez ratificado el apoyo social a la oposición en el Congreso en la elección federal intermedia, Vicente Fox se tomó una tardía foto con los líderes del PRI y del PRD, cuando la reconciliación nacional era prácticamente imposible.

La elección de Calderón y su cuestionado triunfo estuvo plagada de inequidad y trampas, signada por la obsesión de impedir a como diera lugar la llegada de López Obrador a la Presidencia, bajo el falaz y agotado argumento de que la izquierda incendiaría al país. Está presente en la memoria de todos la infame campaña de difamaciones e insultos perpetrados en contra del PRD y su candidato –una amenaza para México-, cuando la verdadera amenaza resultó Calderón, un presidente empecinado en llevar a cabo sus obsesiones fundamentalistas y sus caprichos personales, que tampoco entendió nunca que era un Jefe de Estado y no Jefe de su Partido.

En el PRI tenemos muy clara la dimensión del reto que implica sacar a México de la situación en que se encuentra; así como hace casi un siglo le tocó al PNR reconstruir la nación, hoy le toca al PRI asumir la tarea de rescatar al país de la debacle y llevar a cabo la tarea de reunificar al Estado, para estar en condiciones de realizar las reformas políticas y económicas que le urgen a México. Tenemos muy claro también que esto requiere de voluntad, talento, inteligencia y, sobre todo, vocación democrática.

Es imposible lograr la transición imponiendo creencias o visiones sectarias y dogmáticas. Es imposible avanzar en la consolidación de nuestras instituciones gobernando a capricho, ofendiendo, denostando, peleando con tirios y troyanos, tratando de imponer las cosas y gobernando con un nivel de ineficiencia y subejercicio pocas veces visto en el Gobierno Federal.
Para lograr esto, la primera tarea es la unidad interna; pero no impuesta ni obligada, sino consciente y convencida. Una unidad que respete diferencias y representatividad política, y que incluya a todos los grupos aunque éstos piensen diferente.

En el PRI estamos conscientes que la transformación de México nunca podrá lograrse con despotismo ni con soberbia, sino con la unidad y el acuerdo. En primer lugar de todas las fuerzas que integran el Estado, las diversas instituciones, los diferentes órdenes de gobierno, los partidos políticos y los tres poderes de la Unión. En segundo lugar, la unidad del Estado y la Sociedad a la cual representa, a la cual debe garantizar paz social, eficiencia económica y estabilidad política. Unido el Estado y, a su vez éste con la Sociedad, México tendrá abierto el camino hacia la auténtica transformación social y el desarrollo económico.

Por esta razón, tanto a nivel nacional como en Veracruz, en el PRI estamos empeñados en alcanzar la unidad interna del partido; no sólo para ganar las elecciones, sino, sobre todo, para que ésta sea la plataforma que permita una gran reconciliación nacional una vez logrado el triunfo. Esa es nuestra verdadera misión y a ella estamos dedicados.

Por esta razón, nuestro proceso interno para la selección de candidato presidencial se está conduciendo de manera ejemplar, con una madurez pocas veces vista y, a pesar de quienes se empeñan en ver un circo históricamente superado, con la sensatez de un PRI que sabe que el tiempo de México demanda elevar la mira y actuar con amor a la patria. La nación no está para egoísmos estériles, porque este país, que tanto trabajo ha costado construir a millones de mexicanos, hoy está en un grave riesgo.

Un PRI unido y fortalecido es indispensable para impulsar los cambios que el país necesita. Por eso nos hemos dado a la tarea de renovar nuestros comités municipales y seccionales, para refrescar los liderazgos y fortalecer la representación política del partido. Es una labor compleja y no siempre es posible dejar satisfechos a todos, pero el saldo es muy favorable, porque hemos actuado con honestidad y respeto, pero sobre todo con un gran espíritu de apertura e inclusión hacia todas las expresiones y corrientes políticas, que con toda justicia luchan por un lugar en la estructura del PRI.

Aquí, en este gran partido que es el PRI, hay lugar para todos, incluso para quienes en un legítimo afán de participar políticamente, decidieron en algún momento abanderar a una opción política distinta al PRI. Muchos compañeros que habían abandonado nuestro partido han decidido, con toda libertad, volver a sus filas. En muchos casos ha sido la decepción la que los ha hecho retornar, pero también hay numerosos ejemplos de compañeros que han mantenido firmes sus convicciones a favor de la Democracia y la Justicia Social que impulsamos en el Partido Revolucionario Institucional.

Estoy convencido que vamos a entregar muy buenas cuentas, y que el próximo año, al respaldar al PRI en las urnas, tanto Veracruz como México darán un paso decisivo hacia el futuro, que nos permita avanzar hacia una nueva era de tranquilidad pública, crecimiento económico y desarrollo social. Estoy seguro que el gobierno y sus ciudadanos vamos a lograr juntos el Estado Próspero que nos merecemos y la nación segura que nunca debimos perder.

Felipe Calderón: de la Egolatría y la Soberbia a la pérdida del Juicio y la Razón

lunes, 26 de septiembre de 2011

Héctor Yunes Landa

Los mexicanos pasamos por una etapa muy difícil, nuestro país sufre las consecuencias de la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. La gente vive atemorizada y pide soluciones. El gobierno estatal lucha día a día y hace lo que le corresponde para apoyar a nuestras fuerzas armadas en esta difícil hora para la nación. Es entonces cuando todos volteamos la mirada en busca del Jefe de Estado, de quien debe ser nuestro líder nacional, el Presidente de la República, y lo encontramos… el Presidente está muy ocupado; buceando en un cenote maya, haciéndola de guía turístico para la televisión norteamericana.

Así como lo lee. En días pasados Felipe Calderón Hinojosa presentó a México y al mundo, la quinta edición del programa The Royal Tour, un reality-adventure show en el que le muestra al conductor, el periodista Peter Greenberg, las maravillas naturales e históricas de México. El Royal Tour México nos muestra a un Felipe Calderón que conduce a Greenberg entre la Selva Lacandona, los bosques de mariposas monarcas, los Cenotes Sagrados mayas-con todo y traje de buzo-, las pirámides de Teotihuacán y muchos sitios entre los que se incluyen la casa de su mamá y la escuela secundaria donde estudió, haciendo una oda al colorido de la nación y sus raíces.

Todo estaría muy bien, es una forma –quizá poco ortodoxa- de promocionar el turismo en México y la valía de nuestra cultura; además, podría ser una forma de ayudar a nuestro fortalecimiento en los mercados de consumo turístico internacionales. Sin embargo…

¿Cómo hacer promoción de un país que ocupa ya uno de los primeros lugares internacionales de riesgo para el turista? ¿De qué le sirve a México un presidente que pasa –al parecer de lo que se observa en el programa- semanas en la filmación de un reality show? ¿No podría haber contratado a algún(a) conductor(a) con presencia más agraciada que la suya? Dice que no hubo recursos públicos… de seguro lo pagó de su bolsa.

La actitud del Presidente es similar a la de una persona que asiste a un funeral a contar chistes para animar a los dolientes. Una actitud completamente fuera de tono y de momento, un entusiasmo y una alegría alarmantes mientras lo observamos hablar en un lamentable inglés de los misterios de las cuevas prehispánicas. Una indolencia, una despreocupación que cae como baño de agua helada y ofende a los que nos dolemos por nuestra paz social extraviada.

Si el objetivo de participar en este programa -cuya intervención debió ser delegada a una persona pertinente como un conductor de noticias, un artista de la televisión- fue la de promocionar e inspirar la confianza en México, la intención se pierde cuando la violencia flagela a la mayor parte del territorio nacional. Hay que tenerlo muy claro: la violencia que hoy vivimos no es imputable a ningún gobierno estatal ni a los ayuntamientos, como astutamente pretende Calderón; las decenas de miles de muertos y la angustia que hoy nos agobia es producto de una guerra que millones de mexicanos preguntan si tiene sentido, si debe ser México quien ponga los muertos mientras que Estados Unidos pone los consumidores y propicia el ingreso de miles de armas que han ido a parar a manos de los sicarios.

No es justo, de ninguna manera, que, además, se propicie que la maquinaria propagandística del Gobierno induzca con perversidad y dolo la opinión pública para responsabilizar a Veracruz de una situación que es nacional. Es curioso, todas las entidades federativas donde se libra la guerra contra el narco son de oposición al PAN; son las mismas que sufren el descrédito porque el Gobierno Federal las acusa de endeudarse en exceso, aunque esto se deba a que Calderón y Cordero no ministran los recursos que son nuestros, y, por supuesto, nadie habla de la deuda del Gobierno Federal, que ha subido casi un 600 por ciento con Calderón.

No cabe la menor duda: Calderón está perdido en la Egolatría y la Soberbia, padece el síndrome de Nerón y puede incendiar a México. Literalmente, ha perdido el juicio y está obsesionado con mantenerse en el poder a través de un proyecto transexenal cifrado en Ernesto Cordero. No importa si para ello arde México o mueren 50 mil mexicanos más.

Sobre todo, está empecinado en entregar buenas cuentas a quienes realmente sirve, los Estados Unidos, no a quienes debería servir, el pueblo de México; quizá porque piensa que al salir le agradecerán apoyándolo con algún cargo en un organismo internacional. Ese ha sido el sueño de muchos y la realidad de ninguno. Es el síndrome del quinto año, cuando inicia la melancolía por el poder. ¡Qué importa, si los muertos no son de su familia! Todos ellos están bien protegidos con seguridad que pagamos entre todos los mexicanos, y él se irá a vivir fuera de México en un año. ¡Qué infamia! Por el bien de la República y la supervivencia de México, los ciudadanos debemos detenerlo e impedir que siga esta locura.
 
Director General : Carlos Morales Tapia | Jefatura de Información | Radio, Columna y Espacio Informativo
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