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MUERTES MATERNAS

lunes, 26 de diciembre de 2011

Juan Antonio Nemi Dib

La muerte materno-infantil es un serio problema mundial sobre el que aparentemente no existe suficiente conciencia. Es un asunto extremadamente complejo, en el que intervienen muchos factores y que resulta difícil de resolver. Para México -y para Veracruz- es un asunto de salud pública que, al día de hoy, sigue siendo uno de los retos más grandes de los gobiernos.

Hay registros razonablemente confiables de los casos de mujeres y bebés que fallecen durante el embarazo, el parto y el puerperio y eso permite a los expertos hacer un seguimiento estadístico de las causas -por lo general evitables- de esas muertes; pero sabemos poco, muy poco, de los niños que nacen con secuelas y las mamás que sufren daños irreparables a su salud y a su calidad de vida, por embarazos no cuidados o mal cuidados y por partos no atendidos o mal atendidos. Me temo que, si se dispusiera de esa información, el panorama se mostraría aún más desafortunado.

El de muerte materno infantil es uno de los medios más precisos para determinar los niveles de pobreza de las comunidades y los países y se considera un tema estratégico en la evaluación de sus grados de desarrollo, porque -lamentablemente- suele ocurrir que pobreza y muerte materno infantil constituyen un binomio que transita a la par.

Parece un asunto de recursos: suficiente personal sanitario con perfil y entrenamiento adecuado y la actitud correcta para la atención de los pacientes, suficientes clínicas y hospitales, suficientes insumos y equipamiento, mejorarían notablemente estos indicadores; pero nadie duda que la muerte materno infantil tiene también muchos componentes culturales -allí radica principalmente la complejidad del problema- asociados a la dispersión geográfica, la marginalidad, la insuficiente información e incluso los medios de vida de las familias.

De hecho, 189 países y 147 jefes de estado y gobierno firmaron la DECLARACIÓN DEL MILENIO en la “Cumbre del Milenio” celebrada en septiembre de 2000. Allí se establecieron 8 objetivos que pretenden cumplir -quizá con exceso de optimismo- en 2015: erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer, combatir el VIH/Sida, el paludismo y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, fomentar una asociación mundial para el desarrollo y, por supuesto: mejorar la salud materna y reducir la mortalidad infantil.

Como ha expresado la Organización de las Naciones Unidas: “el derecho a la salud no sólo abarca la atención de salud oportuna y apropiada sino también los principales factores determinantes de la salud, como el acceso al agua limpia potable y a condiciones sanitarias adecuadas, el suministro adecuado de alimentos sanos, una nutrición adecuada, una vivienda adecuada, condiciones sanas en el trabajo y el medio ambiente, y acceso a la educación e información sobre cuestiones relacionadas con la salud, incluida la salud sexual y reproductiva.”


A propósito del mismo tema, recientemente la Presidenta del DIF estatal Veracruz expresó: “El que los ciudadanos cuenten con las mismas oportunidades de acceso a los servicios de atención y asistencia médica es un principio de equidad fundamental para alcanzar la prosperidad. Esto no puede excluir a las mujeres que tienen un peso demográfico determinante, que desempeñan un papel protagónico en todos los ámbitos de la vida social y que, por encima de todo, son sujetos de derechos que no siempre se respetan ni se tutelan.”

Atendiendo precisamente a esa óptica, se ha lanzado una gran estrategia para la reducción de los indicadores de muerte materna que se basa, entre otras medidas, en:

Amplia difusión de información y educación para la salud orientada a mujeres en edad reproductiva.

Mejora sustantiva en los servicios de atención médica para mujeres embarazadas, aumentanto su calidad y cantidad. Capacitación constante al personal.

Estrategias eficaces de referencia y atención oportuna para las pacientes.

El programa MADRINAS OBSTÉTRICAS, que mediante la corresponsabilidad social propicia embarazos de mayor y mejor calidad y ofrece a las pacientes gestión eficaz para una oportuna atención hospitalaria.

Un sistema de referencia y traslado para las embarazadas que residen en sitios remotos, incluyendo líneas telefónicas gratuitas de atención y asesoría permanente.

El establecimiento de las POSADAS AME, para que las embarazadas puedan hospedarse de manera gratuita recibiendo monitoreo y atención médica en la fase final de la gestación y hasta que ella llegue a término, evitando complicaciones.

Fortalecimiento de la partería profesional y capacitación para la partería empírica.

Seremos un mejor país -y un mejor estado- en la medida en que logremos reducir la muerte materno infantil. No hay duda.

La Botica.- Gracias por leer estas líneas. Felicidades. Que 2012 sea para usted y los suyos un año de salud, armonía y tranquilidad, estabilidad patrimonial y necesidades satisfechas y, sobre todo, de sueños cumplidos.


DURANTE SUS VACACIONES
LE INVITO A VER

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DESAMORES

lunes, 19 de diciembre de 2011

Juan Antonio Nemi Dib

“...No trates de levantar del polvo ese amor, porque
sólo levantarás girones y sombras... ‘Es que soy la
costumbre. He tomado veneno todos los días, y me
hace falta. ¿Qué droga tan tremenda es el amor?’...”

Jaime Sabines

Acaba de publicarse -en el diario digital español adn.es- un estupendo artículo de Mariola Cubells que ameritaría citarse completo y de corrido: “Química. Ni más ni menos. En eso, y en ninguna otra cosa consiste el amor. Y la química no la produce el corazón -en contra de todos los manuales románticos- sino el cerebro, (que por cierto, puede tardar la quinta parte de un segundo en enamorarse, según un análisis de la Universidad de Siracusa). Cada vez son más los estudios que destacan la importancia de los procesos químicos en el enamoramiento. La neurobióloga y coordinadora del Centre de Regulació Genòmica de Barcelona, Mara Dierssen mantiene que ‘enamorarse tiene todos los síntomas de una adicción’. Junto a ella, la neuróloga italiana Stephanie Ortigue ha revelado otros datos insólitos: enamorarse provoca la misma sensación de euforia en el cerebro que la cocaína. El amor es pues algo así como un cóctel de hormonas, que nos intoxica y nos droga el cerebro.”

Resulta frustrante que vengan a decirle a uno repentinamente que esos mareos sublimes, que esa obnubilación y esos pesares deseables, en realidad no sean otra cosa que intercambio de sustancias en las terminales de nuestro sistema nervioso. Sin embargo, para que no haya duda doña Mariola, enfatiza que al enamorarse “...se ponen a trabajar 12 áreas del cerebro que segregan sustancias químicas: dopamina, adrenalina, oxitocina, vasopresina, directas a provocarnos la euforia....Pero ese estado febril se desvanece. De hecho el enamoramiento como encantamiento dura según los científicos unos dos años. ¿Y qué pasa cuando acaba? Un estudio americano realizó resonancias magnéticas a personas que habían sufrido una ruptura. Las pruebas detectaron que al ver una foto de su ex o recordar un episodio amoroso se activaban en el cerebro las mismas áreas que se activan ante el dolor físico. Y por contra, la pasión amorosa produce analgesia o alivio del dolor en las lugares del cerebro donde actúan los medicamentos, según ha descubierto la Stanford University.”

Cita en epígrafe a Lope de Vega: “Creer que un cielo en un infierno cabe, dar la vida y el alma a un desengaño: esto es amor. Quien lo probó lo sabe”. Y luego, atribuyéndolo a científicos y universidades famosas, la periodista afirma que el amor nos hace más generosos, más listos, más sabios, más tolerantes, más valientes. De modo que, si todo esto fuese cierto si viviéramos permanentemente enamorados, con toda seguridad seríamos una mejor especie, menos destructiva, más creativa.

Pero se queda uno con la espinita clavada: parece que dos años son pocos, sin embargo, para el goce de esa emoción excelsa cuyos finales más o menos catastróficos han dado pie para las obras más grandiosas de la literatura, de la plástica y en realidad, de todas las expresiones artísticas. Bien lo dijera Neruda, que no era neurobiólogo y menos fisiólogo: “...es tan corto el amor y tan largo el olvido”. ¿Por qué caramba las cosas buenas de la vida duran tan poco, son pecado o engordan, pregunta la vox populi?

Es cierto que hay de amores a amores, como bien dice la enciclopedia de la red al referirse al significado castizo del término amor: “una gran cantidad de sentimientos diferentes, desde el deseo pasional y de intimidad del amor romántico hasta la proximidad emocional asexual del amor familiar y el amor platónico, e incluso la profunda unidad o devoción del amor religioso.”

Aquí nos referimos específicamente al amor romántico, a ése que antes del movimiento renacentista se consideraba insano, una forma de demencia capaz de destruir almas y cuerpos, que se atribuía a los espíritus débiles, incapaces de actuar con sensatez, pero que hoy reconocemos como delicioso, aunque duela, y hasta como un paso conveniente en busca de la plenitud de las almas. Por otro lado, ¿quién puede dudar que muchas de las grandes creaciones de los hombres se hallen indisolublemente ligadas al amor y aún más precisamente, al desamor? ¿Y qué puede existir que sea más nocivo que el fin de una relación amorosa? Pues todo indica que el amor no correspondido.

Pero no acaba allí el asunto; ¿qué consecuencias prácticas tiene el amor para la relación de pareja? Este impresionante -por lúcido- texto de Friedrich Nietzsche que me regaló una persona ilustrada e inteligente parecería tener, al menos en parte, una respuesta concluyente para dicha pregunta:

“Lo que se puede prometer: Se pueden prometer acciones, pero no sentimientos, pues éstos son involuntarios. Quien promete a alguien amarlo siempre u odiarlo siempre o serle siempre fiel, promete algo que no está en su poder; en cambio, puede sin duda prometer acciones, las cuales son por cierto habitualmente las consecuencias del amor, del odio, de la fidelidad, pero pueden también derivar de otros motivos. Por consiguiente, prometer a alguien amarlo siempre significa: mientras te ame, te dispensaré las acciones del amor; si dejo de amarte, seguirás recibiendo de mí, aunque por otros motivos, las mismas acciones, de modo que en la mente de los demás persista la apariencia de que el amor es inmutable y siempre el mismo. Por tanto, cuando sin autoofuscación se le promete a alguien amor perpetuo, se promete la perduración de la apariencia del amor.” Aforismo 58 (Humano Demasiado Humano, Un libro para espíritus libres). Meritoria anticipación del filósofo alemán en cuyo tiempo prácticamente nada se sabía aún de bioquímica cerebral.

Parece que, en pocas palabras, si el amor se acaba, de acuerdo con Nietzsche siempre hay recurso. Por mi parte, pienso que el plazo de dos años establecido por los investigadores no deja de ser una convención, un burdo tecnicismo cientificista y prefiero mantener mi convicción de que los amores sólidos duran por siempre. Que así sea. Más nos conviene.

COMIDA CHINA

lunes, 5 de diciembre de 2011

Juan Antonio Nemi Dib

No todo lo que relumbra es oro. Con admiración y envidia vemos a China, cuyas tasas de crecimiento económico son apabullantes. El Dragón de Oriente amenaza con engullirse todo lo que tiene enfrente. Pero los expertos piensan que de continuar el actual el nivel de gasto energético y el uso indiscriminado de materias primas, acabará por romperse su ya precario equilibrio ambiental. No se puede mantener ese nivel de explotación de recursos, de contaminación y crecimiento vertiginoso sin costo, costo que -por cierto- pagamos todos los habitantes del planeta.

Y no es menor el abuso de la fuerza de trabajo. Buena parte de su éxito se debe a los ingresos precarios y al régimen de semi esclavismo que mantiene a cientos de millones de personas en los límites de la subsistencia, que genera cinturones de miseria en las ciudades y produce masiva expulsión de la población rural. No puede funcionar indefinidamente un esquema económico basado en la opresión y la iniquidad con la mano de obra, sin que haya consecuencias. Es cierto que algunos chinos -muy pocos- han salido de la pobreza con el nuevo esquema económico que opera en sus famosas “zonas especiales”, pero también es cierto que estos beneficiarios siguen siendo una gran minoría respecto de las personas que continúan con hambre y miseria

Su macroeconomía crece, sí, en demérito de otras. Y qué pasará, nos preguntamos, cuando todos los clientes de productos chinos -es decir, prácticamente el mundo- no tengamos con qué comprarles más. La depresión económica reducirá sus ventas (es normal, en los contra ciclos-económicos, que los sistemas productivos tiendan a cerrarse, a “ensimismarse”) y dejen de importar.

El otro problemón es financiero: mucho de su capital está invertido en bonos extranjeros, sobre todo de los Estados Unidos. Hasta ahora, se estima en 1.14 billones de dólares de deuda estadounidense que son propiedad China. De suerte que, si lo accesorio sigue la suerte de lo principal, el decremento de la economía norteamericana (y también la europea) acabará siendo un factor de riesgo para las finanzas de Pekín, o Beijing como le llaman ahora. Sin embargo, ante la incertidumbre de la economía en el “Viejo Continente”, parece que ser que China ha optado por seguir colocando su capital en deuda de EUA, lo que ha representado un 1% de incremento en la compra de bonos del tesoro en los últimos meses. Ahorrar excedentes no es fácil y sí peligroso.

Pero tienen más broncas. Dice la BBC que “de acuerdo con Xinhua -la agencia de noticias China-, en el último censo que se celebró en China, en 2010, el número de personas de 60 años y más suma 177.65 millones y representa más del 13% del total de la población china que se ubica en mil 300 millones de habitantes.” Inevitablemente, en una generación y media, China será un país envejecido (quizá en mayor proporción de lo que le espera a México) y habrá que ver el impacto que ello significará para sus instituciones, para su modelo de vida y de su precoz economía capitalista. No es posible llamar “sistema de pensiones” a lo que existe como tal y que no cubre ni en mínima parte las necesidades de la población anciana, que tradicionalmente es atendida por sus familias, para las que no deja de ser una enorme carga económica.

Aunque Occidente se haga de la vista gorda, con una suerte de pragmatismo cínico que juzga con dureza a unos pero ignora los graves crímenes de otros, China ejerce con mucha impunidad un imperialismo brutal contra varias naciones a las que avasalla, a las que reprime violentamente y mantiene “unidas” a la República Popular mediante el uso continuado de la fuerza militar y policiaca. Los ejemplos más visibles -no los únicos- son el Tíbet y Xinjiang, donde decenas de miles de uigures sufren las consecuencias de la exclusión y la represión en todas sus formas.

Organizaciones uigures han denunciado acciones específicas de “limpieza étnica” y de una inmigración masiva a su región, promovida como política de Estado, de decenas de miles de “chinos puros”, que desplazan de sus empleos, de sus negocios y hasta de sus viviendas a los uigures que han vivido allí por siglos e integran esta minoría étnica a la que se impide la práctica de su religión, se le proscriben sus manifestaciones culturales y se le cancelan los medios de vida. La pregunta obligada es por cuánto tiempo podrá el régimen chino mantener este violento estado de cosas, oprimiendo violentamente cualquier intento de defensa por parte de sus víctimas.

El constante chantaje es característico de la diplomacia China. Por ejemplo, la República Popular es madrina del oprobioso régimen de Corea del Norte, que tiene en vilo al mundo con la amenaza de un ataque nuclear contra Japón y Corea del Sur y que, mediante una represión no menos suave, conserva a más del 20% de su población enrolada en el ejército regular: 1.1 millones de soldados para 8.2 millones de habitantes (la mayor parte de los cuales no tienen ni comida suficiente). Una pequeña nación que amanece disparando a los vecinos y matando gente inocente cuando su salvaje tirano amanece indispuesto, protegida y amparada por su “vecinota”.

Pero su nueva presencia mundial es indiscutible, al punto de que -en medio de la crisis europea-, China se ostenta como interlocutor primario del gobierno estadounidense. Dice su publicidad oficial: “Al entrevistarse con el presidente estadounidense, Barack Obama, a mediados de noviembre en Hawaii, el mandatario chino, Hu Jintao, declaró que China respeta los justos intereses de EEUU en la zona de Asia y el Pacífico y admite que EEUU desempeñe un papel constructivo en los asuntos de la zona. También expresó su deseo de que EEUU respete los legítimos intereses regionales de China, asuma adecuadamente los intereses bilaterales y promueva la paz, confianza recíproca y cooperación en el área.” No es necesario ser ducho en lenguaje diplomático para entender que China está exigiendo que se le reconozca su “zona de influencia”, una especie de territorio neocolonial en el que no va a admitir la intromisión de otros, por poderosos que sean.

El pragmatismo con que la comunidad de naciones ha tratado al “mercado más grande del mundo” tiene ya consecuencias; China se ha lanzado sin límite alguno -como una plaga de langosta- a la conquista de zonas estratégicas no sólo para la colocación de sus mercaderías, sino para el abasto de su insaciable necesidad de materias primas (principalmente en África, donde la presencia China crece exponencialmente) y no va a renunciar a este esquema con facilidad, al costo que sea.

Con un poderío económico indiscutible, con una fuerza militar que se multiplica, con indiscutibles avances tecnológicos y con Estados Unidos y Europa imposibilitados de hacerle frente, China se dispone a la “supremacía”. Falta ver si las contradicciones, la opresión y los graves problemas internos -la insuficiencia alimentaria, por ejemplo- se lo permiten.

antonionemi@gmail.com

¿QUE SE VAYA LA “DESGRACIADA”?

lunes, 28 de noviembre de 2011

Juan Antonio Nemi Dib

Siendo regidora de la municipalidad limeña, en 1995, condujo su coche de manera imprudente y a exceso de velocidad y mató a la niña Andreina Salazar, de 4 años de edad. No sufrió consecuencias de ningún tipo por ello. La madre de la pequeña fallecida, de ocupación servidora doméstica, lamenta que la homicida no cumplió ni una sola de las promesas que le hizo para compensar a su familia por la pérdida de Andreina.

Produjo y condujo un programa de televisión al que llamó “Hago todo por dinero”. Allí se dedicó a humillar y vejar a personas de escasos recursos: obligándoles a comer chiles enteros, a desnudarse completamente y correr por el escenario; hizo que una mujer besara apasionadamente en la boca a un hombre desconocido y llegó al extremo de exigir a otra muchacha que lamiera los pies y las axilas de otro desconocido, a cambio de darles dinero.

Este es el anuncio de una de sus emisiones: “Laura Sin Censura te trae lo que nunca antes visto en la televisión hispana. La aclamada presentadora peruana, Laura Bozzo, también conocida como la ‘defensora de las mujeres’, ahora aparece en los programas de Laura Sin Censura en el servicio de pago por evento y por servicio solicitado (pay per view y ondemand). En los especiales de Laura Sin Censura se presentan escenas captadas por nuestras cámaras ocultas... Escenas que nunca han salido al aire... Esposos infieles... Mujeres en acción... Adulterios y fechorías... Invitados insólitos... Todas las peleas dentro y fuera de los estudios... ¡Además, verás a Laura como nunca antes la has visto! ¡Muy candente para la televisión! ¡En Laura sin Censura te quedarás boquiabierto y sin parpadear! Busca los programas de Laura Sin Censura en tu guía de canales, en la sección de pago por evento y por servicio solicitado...”

De manera reiterada se le denuncia por inventar y montar las historias que presenta como reales en sus “shows”. En internet se afirma que: “...el equipo de producción de Bozzo reclutaba a sus invitados desde los barrios más pobres de la ciudad, ofreciéndoles algo de dinero por prestarse a actuar en pantalla el guión que los escritores del programa dictaran. Un primer reportaje de la periodista Elsa Úrsula, denunciando el hecho, data del año 1999: ‘La investigación termina mostrando la verdad: todas las historias eran falsas, pero esto no es puesto a la luz hasta tiempo después en la revista ‘Somos’ y luego en la televisión por el periodista Beto Ortiz".

Uno de los alborotos más notables fue éste: “En 2007, el modo escandaloso en que el tema de Pisco fue tratado por Bozzo causó tanto disgusto entre la sociedad peruana que se lanzaron nuevas investigaciones independientes para dilucidar si su aparición en la ciudad afectada por el terremoto era simplemente un intento de congraciarse con el público. Al poco tiempo se descubrió que una niña supuestamente afectada por el desastre natural y ‘hallada’ por Bozzo entre los escombros de la ciudad era en realidad una actriz que Bozzo había presentado anteriormente en uno de sus programas como víctima de abuso sexual... Meses después, Jaime Bayly entrevistaría a la madre de la menor, quien corroborara lo vertido en las investigaciones periodísticas, y son desde fines del año 2007 motivo de una investigación en el fuero judicial.”

Dice Wikipedia: “Los juicios a Bozzo por parte del Estado peruano por sus vínculos con la corrupción de Fujimori y Montesinos fueron largos y episódicos... llegó a confesar al juez que no sólo había estado enamorada sino ‘obsesionada’ por Montesinos, y que ‘como una quinceañera’ estaba arrepentida de lo que hizo, tratando de este modo de justificar sus vínculos. En 2002 Bozzo fue sentenciada a una pena de 4... años de arresto domiciliario, de los cuales únicamente cumplió 3. Habiendo declarado como domicilio legal el estudio de televisión desde el que grababa su programa en versión para el extranjero, Bozzo permaneció en los estudios ‘Monitor’ de Lima hasta el 15 de junio de 2005 en que es liberada... congresistas como Javier Diez Canseco criticaron a las autoridades que permitieron que un set de TV se considere domicilio: ‘Uno no declara que el lugar donde vive es su oficina de trabajo’. Esta condición permitió que se siguieran produciendo capítulos de su programa al extranjero sin que el público peruano en general lo viera y/o emitiera crítica alguna al respecto. En julio de 2006, Bozzo fue finalmente encontrada culpable por los cargos relacionados a una placa de oro recibida de parte de Vladimiro Montesinos. La acusación de haber recibido un lujoso collar de oro adquirido con dinero del Estado peruano fue desestimada al haberse suicidado uno de los principales testigos.”

Montesinos, el amigo de la quinceañera, acumula casi medio siglo de cárcel en sentencias por distintos delitos (tráfico de armas, tráfico de influencias, etcétera, y tiene pendiente una decena de juicios más que incluyen homicidios, tortura, espionaje, cohecho, enriquecimiento ilícito y la presumible responsabilidad en la matanza de cientos de peruanos).

Grosera, prepotente, la semana pasada la señorita Laura dijo en su “programa mexicano” transmitido por TELEVISA: “En la vida hay víctimas y victimarios, no puede ser una ‘putita’ la víctima, cómo vamos a tener una víctima que va a confesar que el hijo es de otros, si se acuesta con todos”. Por ello, el Consejo Ciudadano por la Equidad de Género en los Medios de Comunicación pide la cancelación del programa ya que [han] “demostrado cómo este programa reproduce y fomenta la discriminación y la violencia contra las mujeres”. El Consejo dijo que su Observatorio Ciudadano por la Equidad de Género en los Medios ha probado cómo la “Señorita Laura” reiteradamente humilla, discrimina y maltrata a sus invitados y colaboradores.

Según la revista PROCESO, “Bozzo presumió en declaraciones a las secciones de espectáculos que los directivos de Televisa no la regañaron ni llamaron la atención. Sin embargo, la Secretaría de Gobernación, a través de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Conavim), hizo un ‘exhorto’ a la televisora para respetar la dignidad de la audiencia femenina. Conavim expresó su ‘desaprobación y preocupación por el maltrato infligido por Laura Bozzo a una mujer, a quien agredió verbalmente en cadena nacional el martes pasado’.

Lejos está doña Laura de ser un modelo de honestidad y buenas prácticas, de contribuir al desarrollo cívico de los mexicanos y, más aún, de suponerse con las prendas morales y la potestad para denigrar a quien se le pone enfrente y constituirse en durísima jueza [a]moral de otros, aunque suela decir que “las críticas las pone en el WC y le jala a la cadena”.

No sólo es el “rating”. Si realmente su espíritu es servir a México, Televisa debería proceder de inmediato a cancelar las ofensivas emisiones de Bozzo, como ha ocurrido en su propia patria, en Ecuador y en muchas otras naciones que rechazan su estilo agresivo y denigrante.

Lo mejor que podría ocurrir, realmente, es que se vaya la “desgraciada”.

antonionemi@gmail.com

CASANDRA

lunes, 21 de noviembre de 2011

Juan Antonio Nemi Dib

Hécuba y Príamo, los reyes de Troya fueron sus padres. Debió ser hermosa, porque cautivó al mismísimo Apolo, una de las deidades más importantes del Olimpo. Ella se hizo sacerdotisa del “joven imberbe” (dios de la luz y el sol, de la medicina y la curación, de la música, de la poesía...) y logró negociar él, que le concedió el don de la profecía, a cambio de un “encuentro carnal”. Pero una vez que controló los arcanos de la adivinación -tradicionalmente reservados a los dioses- doña Casandra se atrevió a rechazar a don Apolo, quien enfureció por la traición... y la maldijo. En venganza, Apolo le escupió la boca con una durísima imprecación: conservaría el don de profetizar, sabría de todas las cosas por venir, pero ya nadie creería más en sus pronósticos.

Es la metáfora mitológica que Fernando Vázquez Rigada escogió para titular a su nuevo libro de ensayo (“Las palabras de Casandra”) que recientemente me invitó a presentar. La obra lleva por subtítulo “Historia del futuro del Estado mexicano” y desmenuza en ella los tiempos idos y los tiempos por venir que, según su propia tesis, se construyen ahora, en el presente.

Del texto dije que en realidad se trata de una declaración de principios, un manifiesto. Catálogo de emociones, que incluye frustración, expectativas incompletas, sueños y esperanzas, dichas con la fuerza y la determinación de una arenga, una convocatoria. No es un libro optimista, sus expresiones rebosan de contundencia y no necesariamente con carita feliz: “el sistema económico generó una crisis ambiental. Seguir haciendo lo mismo -producción masiva con base en carbonos y organización de la vida social alrededor de petróleo y derivados- nos conducirá a la extinción”, dice muy al comienzo.

Uno desea que el profeta se equivoque en sus determinantes adivinaciones, por supuesto. Y es comprensible que él también desee equivocarse, que rechace la noción de Casandra que -reconoce- parece condenarle. Estas son algunas de sus tesis:

“Todo en nosotros habla de un pasado glorioso, de un presente confuso y de un futuro extraviado”. Somos un museo, pero no un mirador.”

“La influencia del país se ha ido desvaneciendo junto con nuestra incapacidad para tomar decisiones, enfrentar el futuro y recuperar nuestra ambición como nación líder en el contexto internacional”.

“El Estado ya no es ogro ni filántropo. Ha dejado de ser ogro por presión social y filántropo por pobreza. Pasamos de la dictadura perfecta a la democracia imperfecta.”

“Los valores que regían la vida nacional se están evaporando. El mexicano, que rendía culto a los valores que regían la vida en árboles multicolores, que reía de la muerte, con ella, hoy le rinde culto. La devoción por la muerte ha ido erosionando el afán por la vida.”

“Asumir lo que vendrá, la necesidad impostergable de generar un nuevo sistema de vida mexicano, es admitir la necesidad de emprender grandes tareas que demandarán sacrificios colectivos.”

“Tendremos que emprender de manera simultánea una multitud de reformas. Hay que encender los motores económicos de la nación, que nos permitan generar un ciclo de crecimiento económico potente y sostenido. Hay que tender redes sociales de inclusión y apostar a lo que no se ha hecho”.

“Hay que recuperar nuestra noción de civilidad”.

Su visión crítica de la realidad no va a gustarle a muchos:

“La clase dirigente del país se ha caracterizado por la irresponsabilidad. El país ha registrado avances, sin duda, pero el ritmo lento y la potencia limitada de los mismos han abierto una brecha social que es inútil tratar de ocultar.”

“En México, el Estado es pobre y es débil. Tenemos, por tanto, un Estado altamente ineficiente.”

“A diferencia de otras experiencias, en México la alternancia no derivó en una refundación del sistema político, de la cultura del poder ni en la confección de una nueva agenda económica.”

“Las más grandes empresas del país pagan pocos impuestos o, en términos prácticos, no pagan en absoluto.” “100 grandes contribuyentes, en el año 2005, pagaron en promedio 74 pesos de ISR y 67 pesos de IVA”.

“El número de pobres se incrementó, hasta llegar a casi 48.9 millones en el año 2008: un aumento de casi 6 puntos porcentuales en dos años... [de toda América Latina] Sólo en México la pobreza se incrementó.”

“El tamaño de la economía se ha venido contrayendo con respecto al ritmo acelerado de otras economías del mundo. De acuerdo al Fondo Monetario Internacional, la economía mexicana era la décima más grande del mundo en el año 2000, mientras que hoy se ubica en la posición número 14.”

“De acuerdo a Transparencia Internacional, el país también ha caído presa de la corrupción. En el año 2000, el país ocupaba el lugar 59 dentro del índice de corrupción. Hoy, diez años después, se ubica en el lugar 98. La honestidad mexicana ha caído, de acuerdo a esta ONG, 39 posiciones como resultado de la gestión de los gobiernos de la alternancia.”

Que Casandra falle, aunque sea por esta vez.

BLAKE

domingo, 13 de noviembre de 2011

Juan Antonio Nemi Dib

Sorprendió su nombramiento como Secretario de Gobernación. Estaba muy lejos de ser un actor preponderante de la política nacional; poco se sabía de él, se desconocían sus prendas personales y se cuestionaba si tendría la interlocución necesaria con los actores políticos en medio de un escenario complejo que reclamaba conocimiento, experiencia e incluso relaciones personales para bajar intensidad a los conflictos y dar viabilidad a los proyectos presidenciales.

Y es que, el Secretario de Gobernación no sólo es responsable de la ejecución de la política interior, es una suerte de jefe de gabinete y en este sexenio, además, responsable directo de la ejecución de la estrategia de seguridad pública del Presidente Calderón. Por si fuera poco, con la reciente reforma constitucional, el Secretario de Gobernación se convierte, de facto, en un vicepresidente de la República, al designársele de manera automática como Presidente Provisional en caso de ausencia absoluta (definitiva) del Presidente Constitucional.

Aunque optó por un bajo perfil en su desempeño, a Francisco Blake Mora le fue imposible sustraerse a la la inercia de sus funciones y probablemente su momento más visible -al margen de sus constantes anuncios en materia delincuencial- se dio a partir de las declaraciones de Felipe Calderón a los reporteros del New York Times en las que el Presidente aseguró que “en el viejo régimen autoritario se pensaba que arreglándose con los criminales no pasaba nada”.

En un hecho infrecuente dentro de la política mexicana, apenas en octubre pasado, el Secretario de Gobernación tuvo que salir a los medios para enmendar las expresiones del jefe: "El presidente nunca afirmó que fuera una postura del PRI pactar con el narco, fue el reportero de The New York Times, como está en la versión estenográfica, quien afirmó que el PRI tiene esa reputación. Por lo mismo es falso que el Presidente haya acusado al PRI como institución o la mayoría de sus miembros de tener la intención de pactar, sino que aludió en concreto a estos priístas que sostienen esta tesis".

Si bien es cierto que a Blake Mora no se le conocieron grandes proezas, tampoco fue lo inocuo que Francisco Javier Ramírez Acuña, lo radical que Juan Camilo Mouriño o lo independiente que Fernando Gómez-Mont. Entre la aplicación sumaria e indiscutida de las políticas calderonistas de seguridad y la firmeza en la defensa de los intereses electorales del actual Gobierno Federal (absurdo sería pensar que actuara contra las necesidades políticas de su jefe y del equipo político al que pertenecía), Blake se ganó el respeto de varios actores políticos preponderantes.

Yo no sé si hay un buen momento para morir, pero sin duda no puede ser buen momento cuando se es padre de dos hijos pequeños, en plena formación. Tampoco cuando se muere de manera imprevista. Y menos aún cuando se tienen a cargo responsabilidades de gran envergadura que se quedan “colgando”. No faltará quien piense que van a “rentabilizarla” políticamente, pero es un hecho que al Presidente Calderón, esta muerte “lo agarró” en un momento por demás complejo: las cuestionadas elecciones locales en Michoacán en las que su hermana fue candidata, el arranque del proceso electoral para su sucesión, incluyendo la designación del candidato de su partido, un “pico” de recrudecimiento en la violencia asociada a la delincuencia organizada, un escenario económico de muy difícil manejo e incluso el anuncio de que el Secretario de Educación de su Gobierno padece un grave cáncer de médula.

En medio de todo esto, son inevitables las suspicacias producidas por el fallecimiento de Blake y sus acompañantes. Desde el primer momento Felipe Calderón intentó acotarlas y apenas confirmado el desplome de la aeronave, en su primera declaración afirmó: “Es mi deber decir, sin embargo, que el helicóptero estuvo siempre resguardado en el Hangar del Estado Mayor Presidencial, donde recientemente había recibido mantenimiento de rigor, y aunque el piloto, según se sabe, contaba con suficiente pericia, las condiciones de nubosidad que prevalecían, precisamente, a esa hora, en el trayecto que el Secretario recorrería rumbo a Cuernavaca, a un evento con servidores públicos de procuración y administración de justicia de los estados, hacen pensar, ciertamente, en la probabilidad de un accidente.”

Citado por la BBC de Londres, el Secretario de Comunicaciones y Transportes, apenas el sábado Dionisio Pérez Jácome Friccione corrobora el dicho presidencial: “Las autoridades mexicanas informaron que las primeras investigaciones indican que la caída del helicóptero en el que falleció el secretario de gobernación (ministro del interior) Francisco Blake Mora, fue un accidente... El ministro de Transportes de México... declaró que no había indicios ni pruebas de un sabotaje.”

Pero las especulaciones son inevitables. REPORTE INDIGO empieza con ellas: “Las agencias de inteligencia de Estados Unidos (EU) que operan en México han encendido su señal de alerta por el desplome del helicóptero en el que viajaba el secretario... Blake, percance en el que murieron todos los pasajeros y la tripulación. De acuerdo a la información extraoficial a la que tuvo acceso REPORTE INDIGO, hay indicios de sobra para no creer en ‘casualidades’ ni ‘accidentes’. Blake Mora es el segundo secretario de Gobernación que fallece en un accidente aéreo después de la detención de un importante miembro del Cártel de Sinaloa. El 4 de noviembre de 2008, en plena Ciudad de México, a unos metros de la residencia oficial de Los Pinos, se desplomó el jet donde viajaba el entonces Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño. Esto ocurrió días después de que fuera detenido Jesús Reynaldo Zambada, mejor conocido como ‘El Rey’, hermano y brazo derecho de Ismael ‘El Mayo’ Zambada, socio de Joaquín ‘El Chapo’Guzmán Loera en el liderazgo del Cártel de Sinaloa. La muerte de Blake Mora ocurrió un día después de que se dio a conocer la detención de Ovidio Limón, un hombre muy cercano a la cúpula del Cártel de Sinaloa. Fue aprehendido 4 días antes, y se ha informado extraoficialmente que aunque él no se presenta con sus verdaderos apellidos, es sobrino de ‘El Chapo’. La alarma del gobierno de EU no es para menos, ya que Washington tiene información directa e inédita del atentado planeado por el Cártel de Sinaloa días antes de la muerte de Mouriño”.

Temas de sobra para los analistas. Múltiples rutas para la especulación. En paz descansen Blake y sus colaboradores. Y todos los muertos violentamente en el sexenio, quienes sean, por las razones que sean.

MÁS COCAÍNA (2ª Parte)

lunes, 7 de noviembre de 2011

Juan Antonio Nemi Dib

El 21 de septiembre de 2010 en la Residencia Oficial de Los Pinos se recibió una carta singular (sui géneris, dirían los puristas), escrita en estos términos:

“Sr. Lic. FELIPE CALDERÓN HINOJOSA. Presidente de la República. Presente. Apreciado Presidente: Lo felicito por la honestidad mostrada en su Informe al evidenciar que contra la idea muy difundida en el sentido de que antes no se hacía nada contra el narcotráfico y que la paz se debía a los pactos, le envío una copia de su propio informe en donde aparece que el aseguramiento más alto de cocaína, se llevó a cabo en 1991 con 50.3 toneladas y el número de detenidos en 1992 con 27,577 superado hasta 2009. En aquélla época el presupuesto de la P. G. R. era apenas el 20% del actual y el ejército sólo se circunscribía a la erradicación de cultivos ilícitos. Quedan para la historia las cifras Señor Presidente, y para mí la enorme satisfacción de haber servido al país como Procurador, precisamente en esos años. Le saludo con afecto.”

La carta está firmada por Ignacio Morales Lechuga, quien fue Procurador General de la República entre 1991 y 1993 y va acompañada por una tabla del anexo estadístico correspondiente al 4º informe del Presidente de la República en la que se señala al de 1991 como el año con mayor número de detenidos por delitos contra la salud y el mayor decomiso de cocaína en la historia del país. Según dicha estadística preparada por la oficina presidencial, en 2007 -el primer año de Calderón- se habrían decomisado 48 toneladas de cocaína (la segunda posición en volumen de “aseguramientos”) y en 1993 -con el propio Morales Lechuga- 47.8 toneladas del alcaloide, por lo que sería el año con el tercer mayor volumen de decomiso de cocaína en polvo.

Se trató, evidentemente, de una comunicación privada que, de repente, adquirió relevancia en tanto que atañe directamente al interés público. Y es que el ex Presidente Carlos Salinas de Gortari (de cuya administración fue Procurador el abogado Morales Lechuga) se metió al ruedo apenas en octubre pasado, con declaraciones intensas al grupo Radio Fórmula, citadas por la revista Proceso: “El expresidente... dijo desconocer que algún gobierno hubiera establecido una relación [con la delincuencia organizada] ‘como política de Estado’, y llamó ‘tonto’ al exgobernador de Nuevo León, Sócrates Rizzo, por afirmar que en el pasado, gobiernos priístas pactaban con el narco. ‘No conozco a ningún gobierno que haya establecido ningún tipo de vínculo o relación como política de Estado con estas actividades criminales’, dijo el exmandatario, quien fue entrevistado por Radio Fórmula en ocasión de la publicación de su libro ¿Qué hacer? Alternativa Ciudadana.

Incluso refirió que en una comparecencia ante la Cámara de Diputados, el secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván, indicó que en todos los archivos de esa institución no se han encontrado elementos que confirmaran esa hipótesis ‘absurda’. Al defender su administración, señaló que durante su gobierno se combatió ‘a todos los cárteles, y prueba de ello es que detuvimos a capos de cada una de esos cárteles sin excepción alguna y realizamos los decomisos más grandes de cocaína que se han hecho en México’.”

Por su parte, en 2007 el Presidente Calderón significaba los logros de su recién iniciado Gobierno. Según el diario El Universal, el Titular del Poder Ejecutivo Federal manifestó entonces que: “con el decomiso de drogas durante su administración y especialmente en los últimos meses se ha logrado reducir el tráfico de enervantes, lo que se refleja en que en Estados Unidos se registra un consumo de 44% de cocaína y 75% ahora de metanfetamina.”

Por esas fechas, el entonces Procurador General de la República, Eduardo Medina Mora, también celebraba, asegurando “que en EE.UU. el precio de la cocaína ha aumentado un 44% y su pureza ha caído en un 15%.” Decía “que el precio de la metanfetamina en ese mismo país se ha elevado en un 73% con una reducción de pureza del 31%. Esto refleja precisamente, que no hay abasto para atender la demanda y esto es resultado del esfuerzo que se ha venido realizando en nuestro país por las autoridades mexicanas.” Destacaba que “durante el Gobierno de Felipe Calderón... en dos acciones se han logrado ‘los aseguramientos más grandes de cocaína y de dinero en efectivo en la historia mundial’. En la gestión de Calderón -decía Medina Mora- se han incautado 48,63 toneladas métricas de cocaína, 1’935 toneladas de marihuana, 35.7 toneladas de precursores químicos para metanfetaminas, 688,635 cartuchos, 537 granadas, 7,456 armas, 100 embarcaciones y 51 aeronaves.”

Pero todo indica que de 2007 a 2011 las cosas cambiaron, porque el discurso presidencial también se modificó. Apenas en septiembre pasado, en Nueva York, a donde viajó para recibir la ‘Insignia Dorada’ que le concedió el Consejo de las Américas, el Presidente Calderón Hinojosa “llamó... a emprender acciones con el fin de reducir la demanda de drogas en Estados Unidos, que va en aumento en la juventud norteamericana.” Dijo que “si el consumo no puede limitarse, ‘entonces los tomadores de decisiones tienen que buscar más soluciones, incluyendo alternativas de mercado’, para reducir las exorbitantes ganancias de las organizaciones de delincuentes.” Calderón “recordó que la evaluación anual de amenazas de drogas de 2011, demuestra que el abuso de varias drogas ilícitas está en aumento en Estados Unidos, sobre todo en los jóvenes, pues más de 20 por ciento de este sector de la población utiliza drogas.” Subrayó que “parte del problema de la violencia que se experimenta en México y en muchos otros países latinoamericanos y, sobre todo en Centroamérica, está vinculada directamente con el hecho de que ‘nos encontramos al lado del mercado de drogas ilegales más grande del mundo’. ‘Estamos viviendo en el mismo edificio y nuestro vecino es el consumidor más grande de drogas ilícitas del mundo y todos quieren venderle drogas a él a través de nuestra puerta, a través de nuestra ventana’.”

4 años son muchos, ciertamente. Y la cocaína existente en el mercado... demasiada.


TE INVITO A VER:


COCAÍNA I

lunes, 31 de octubre de 2011

Juan Antonio Nemi Dib

En los Estados Unidos existe una institución pública dedicada específicamente a estudiar el consumo de drogas y sus efectos, así como a difundir masivamente la información sobre el tema, como parte de la estrategia estadounidense para reducir y evitar el uso de psicotrópicos. Se le conoce por NIDA (National Institute on Drug Abuse) y sus trabajos de investigación son una referencia obligada para quienes desean profundizar en el asunto del narcotráfico desde la perspectiva de los efectos causados en la salud por el consumo de drogas. NIDA forma parte de la red nacional de institutos de salud pública integrados al Departamento de Salud de los EUA.

Afirman que su trabajo consiste en “usar el poder de la ciencia para influir en el abuso de drogas y las adicciones mediante el apoyo estratégico (a los responsables de ejecución de políticas contra las sustancias prohibidas) y el desarrollo de investigación científica sobre el tema, desde una amplia gama de disciplinas”. A esta agencia gubernamental también le corresponde mejorar realmente las acciones de prevención y los tratamientos para las personas que sufren de dependencia respecto de substancias prohibidas. Sus reportes se consideran serios y creíbles.

Respecto de la cocaína en Estados Unidos, la doctora Nora D. Volkow, Directora de NIDA dice: “El abuso y la adicción a la cocaína continúan afligiendo a nuestro país. Hoy en día, aproximadamente uno de cada seis norteamericanos (el 15 por ciento de la población en el 2007) ha probado la cocaína al llegar a los 30 años de edad y el 7 por ciento la ha probado antes de haberse graduado de la secundaria. Sin embargo, los últimos descubrimientos sobre el funcionamiento del cerebro y los efectos nocivos de la cocaína nos ofrecen oportunidades sin precedentes para hacer frente a este problema persistente de salud pública.

Los estudios genéticos están aportando información crítica sobre cómo la herencia influye en el riesgo de la adicción a sustancias psicoactivas, incluyendo la cocaína. Además, con tecnologías más avanzadas de imágenes neurológicas, los científicos han podido observar los cambios cerebrales que resultan de la exposición crónica a las drogas o que ocurren cuando una persona adicta se ve expuesta a ‘señales’ asociadas a las drogas, que pueden desencadenar un deseo vehemente por la misma y dar lugar a una recaída. Al realizar un mapeo genético y de las regiones del cerebro encargadas de los efectos diversos de la cocaína, estas nuevas tecnologías están ayudando a identificar nuevas estrategias en el tratamiento de la adicción a la cocaína.”

Y es que, sin duda ninguna, el consumo de esta substancia es un serio problema en los EUA, como sin duda parece serlo también en México. Esta es la explicación técnica: “La cocaína es un estimulante extremadamente adictivo que afecta directamente al cerebro. La cocaína ha sido llamada la droga de los años ochenta y noventa por su gran popularidad y uso extendido en esas décadas. Sin embargo, no es una droga nueva. En realidad, la cocaína es una de las drogas que se conoce desde hace más tiempo. Las hojas de la coca, de donde se obtiene la cocaína, se han ingerido por miles de años, mientras que la sustancia química pura, el clorhidrato de cocaína, se ha consumido por más de 100 años. A principios del siglo XX, por ejemplo, la cocaína purificada se convirtió en el principio activo básico que se empleaba en la mayoría de los tónicos y elixires creados para tratar una gran variedad de enfermedades.

La cocaína pura era extraída originalmente de la hoja del arbusto de la coca del género Erythroxylum, que crecía principalmente en Perú y Bolivia. En la década de los noventa, y después de varios esfuerzos para reducir el cultivo en esos países, Colombia se convirtió en el país con mayor cultivo de coca. Hoy en día, la cocaína es una droga clasificada bajo la Lista II (“Schedule II”) de la Ley sobre Sustancias Controladas [en EUA], lo que significa que se considera que tiene un gran potencial para ser abusada, pero que puede ser administrada por un doctor para usos médicos legítimos, por ejemplo, como anestesia local en ciertos tipos de cirugías de los ojos, oídos y garganta.

La cocaína usualmente se vende en la calle en forma de un polvo blanco, fino y cristalino que se conoce en español como ‘coca’, ‘nieve’, ‘dama blanca’ o ‘talco’. Algunos de sus nombres en inglés son ‘coke’, “C”, ‘snow’, ‘flake’ y ‘blow’. Los traficantes generalmente mezclan la cocaína con otras sustancias inertes, tales como maicena [harina de maíz], talco o azúcar, o con ciertas drogas activas como la procaína (anestesia local de composición química parecida) u otros estimulantes, como las anfetaminas. Algunos consumidores combinan la cocaína con la heroína en lo que suelen llamar un ‘speedball’ (en español también se conoce como ‘revuelto’, ‘rebujo’, ‘francés’ o ‘café con leche’).

Hay dos formas químicas de la cocaína que suelen consumirse: la sal de clorhidrato (que es soluble en agua) y los cristales de cocaína o base, conocida en inglés como ‘freebase’ (que no son solubles en agua). La sal de clorhidrato, o la forma en polvo de la cocaína, se consume de forma inyectada o inhalada (‘snorting’). Los cristales de cocaína o freebase han sido procesados con amoniaco o bicarbonato sódico y agua y luego calentados para eliminar el clorhidrato y producir una sustancia que se puede fumar. El término ‘crack’, el nombre de la calle para los cristales o base de cocaína, se refiere al sonido crujiente que se oye al fumar esta mezcla.”

Según explica el NIDA: “El consumo repetido de cocaína puede producir adicción y otras consecuencias adversas a la salud. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud del 2008, hubo casi 1.4 millones de americanos que cumplían con los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM, por sus siglas en inglés) para la dependencia o abuso de cocaína (en cualquier forma) en los últimos 12 meses. Es más, los datos del informe de la Red de Alerta sobre el Abuso de Drogas (DAWN, por sus siglas en inglés) del 2008 mostraron que de un total de 1,335,206 visitas a las salas de emergencia por abuso o uso indebido de drogas, la cocaína estaba involucrada en 482,188 de estas visitas. Esto quiere decir que una de cada tres visitas a las salas de emergencia por el abuso o uso indebido de drogas (el 36 por ciento) estaba relacionada con la cocaína.”

Las citas que integran este artículo fueron tomadas de: http://www.drugabuse.gov/

antonionemi@gmail.com

LIBROS

lunes, 24 de octubre de 2011

Juan Antonio Nemi Dib

Hay algunos libros que son como fetiches, auténticos objetos de culto. Ciertas personas los veneran hasta el extremo de leerlos con sutileza, sin fijar demasiado la vista, para no agraviarlos, para no desgastar sus grafismos, se les lee con humildad y veneración. Pero hay otros que se rayan y subrayan, a los que se hacen anotaciones en los márgenes, libros cuyas sus páginas se ajan de pasarse y pasarse, que son penetrados, que acaban tallados en el mismo papel -y en la mente del lector- a fuerza de transitarse una y otra vez. Me convenzo de que esto tiene que ver tanto con la personalidad del libro como la del lector.

Hay libros que son llaves de universos chicos y gigantes, pero siempre vírgenes, indómitos, en espera de ser explorados. Hay libros que encierran todos los mundos posibles, todas las realidades y todos los sueños; los hay que son pegajosa red de telaraña, que atrapan y uno -el lector- jamás podrá escapárseles, navegará perpetuamente en su entraña. Por eso hay que tener cuidado antes de tomar en las manos un buen libro, se corre el riesgo de convertirse, para siempre, en su esclavo. Hay libros infinitos, que no terminan nunca... libros que sólo son comienzos, para siempre comienzos.

Hay libros que producen relaciones posesivas, de auténtica codependencia; lo que no está claro es quién posee a quién, quién es el sujeto poseedor y quién el objeto poseído. Dicen que no está claro si uno escoge a los libros o éstos lo escogen a uno. El olor a tinta fresca de un libro recién hecho sólo puede compararse a la sensación que produce el contacto de las yemas de los dedos con un papel añejo, independientemente de que sea más o menos grueso, más o menos translúcido.

En cualquier caso, el consumo de libros debiera regularse, es adictivo, no hay duda. Se trata, además, de una adicción que difícilmente se clasifica: no me atrevo a decir si es blanda o dura, curable o no, porque no depende sólo de la voluntad del adicto; en realidad está condicionada por el peculio, el espacio físico y de la paciencia de aquellos que cohabitan con el lector en el mismo espacio. Y por otro lado, dudo que estos adictos quieran curarse nunca. Hay libros que engañan y prometen sin concretar, pero los hay magnificentes, seductores, amantes celosos e implacables.

Es mi caso: compulsivo confeso, esta vez tampoco pude resistirme. Acabé comprándolo.

Debí ser responsable, apelar a la continencia, suplicar por mesura, pero me ganó el impulso. Tendría que haber meditado en lo que ya me había pasado, en anterior ocasión (pero no lo hice): iba diario a las librerías de la calle de Xalapeños Ilustres y cuando no podía ir, me consolaba un poco llamar por teléfono y preguntar si “ya había llegado” la Gramática de la Lengua Española, publicada en dos tomos por sus ilustrísimas, los académicos de España, Ecuador, México y 19 naciones más. Acabé adquiriéndola “virtualmente”. Y me sentí orgulloso de su posesión -estuve a punto de salir a pasear de tarde con uno de sus tomos bajo cada brazo, pero finalmente me detuve ante la duda de hacerlo en el Parque Juárez o en la plaza comercial- hasta que ocurrió un hecho funesto. Tan traumático acontecimiento se explica en el correo que el propio autor de mi desconsuelo, el estimado, brillante y puntilloso maestro Gino Raúl de Gasperín, envió a la Real Academia de la Lengua Española:

“Con mucho interés adquirí el MANUAL DE LA NUEVA GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA y lo primero que consulté, para poder estar seguro de lo que los maestros estamos enseñando en la escuela, fueron los modelos de las conjugaciones (amar, temer y partir), páginas 71-75, para constatar si había alguna modificación en los nombres de los tiempos verbales y, para sorpresa, me encontré con que se da el mismo nombre (Presente--Pretérito Imperfecto/Pretérito y Futuro Simple/Futuro) TANTO A LOS TIEMPOS SIMPLES COMO A LOS TIEMPOS COMPUESTOS DEL MODO SUBJUNTIVO. No pudiendo creer esto, consulté las explicaciones del significado de los tiempos verbales del Subjuntivo (páginas 455--460) y constaté que no coinciden, pues en estas últimas páginas se dan los nombres "correctos" de los tiempos compuestos: Pretérito Pluscuamperfecto y Futuro Compuesto. Deduzco que es UN ERROR GARRAFAL, que se escapó a los 29 integrantes del Equipo de revisión y edición del Manual, y que se reprodujo en los cientos de miles de libros que se imprimieron. ¿O soy yo quien está en el error? Para servirles... Desde Córdoba, Veracruz, México”

Ante tal quebranto anímico tuve que increparle: “Muy estimado maestro: Me hallaba yo feliz en poder de mi NUEVA GRAMÁTICA ESPAÑOLA en dos tomos, que adquirí más como sensible objeto de placer -y presunción, por supuesto- que con ánimo de abrevarla completa. Agrego que fue mi primera compra vía internet a la librería Gandhi, cuyo servicio eficaz, su precio reducido y la facilidad del trámite me hicieron pensarme en otros lares, como si todo fuera comprar libros con cargo al dinero plástico. Rompió usted mi felicidad. De tajo. ¿Quién me asegura ahora que en mi Nueva Gramática no halla erratas/errores/bodrios de similar envergadura? Pero algo compensa: me había preparado para la compra del Manual. Ahora esperaré a que le agreguen la fe, o de plano a que lo reimpriman corregido. Sarcasmos aparte, le felicito sinceramente por el descubrimiento, con todo y lo que pesa. Muchas gracias por compartirlo.”

Ya el maestro Gino ha gozado -ironizando de consuno con otro talento de la escribanía, don Edmundo López Bonilla- la narración del tête à tête que sostuvo con la Academia y las absurdas e inverosímiles respuestas que le dieron “los académicos”.

Pero caí. Acabo de comprar las 746 páginas de la ORTOGRAFÍA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, esta vez publicada por PLANETA y no por ESPASA.

Debí esperar por la fe de erratas... pero no pude resistirme. Pensé que quizá cuando aparezca, las reglas ortográficas habrán cambiado de nuevo. No pude esperar por la fe.

DEPORTISTAS

lunes, 17 de octubre de 2011

Juan Antonio Nemi Dib

Creo que el debate sobre el origen del término “villamelón” aún no se resuelve del todo y me parece que hay distintas tesis respecto de cómo se califica a los aficionados superficiales. En 2006, Luis Albornoz -de Santa Fe, Argentina- escribió: “El término ‘villamelón’ se hizo famoso dentro de la fiesta brava (corridas de toros); se llamaba así a las personas que festejaban alguna acción y gritaban el famoso ‘¡OLE!‘cuando no era meritorio; después, ese calificativo (villamelón) se aplicó a todo aquel que decía conocer de la fiesta y en realidad no sabía. Ahora el término se usa casi en todos los deportes, ya es algo más general: lo aplicas al que se deja llevar por los comentarios de tal o cual persona, a quien dice saber de algo cuando no lo sabe o al que simplemente actúa como borrego, imitando y apoya a tal o cual deportista o equipo, sólo por imitar a otros.”

Si esta es la acepción correcta, entonces en definitiva no soy villamelón, porque bien que reconozco con toda humildad que nada sé de las prácticas atléticas y que a mi edad y en mis condiciones, será muy difícil que adquiera “expertise” deportivo. De suerte que, cuando se trata de opinar de deportes, mejor me reservo. Cuando me preguntan por el equipo de mi preferencia en materia de futbol, por ejemplo, suelo contestar que, ante mis dificultades intrínsecas para distinguir al portero de la portería, me mantengo al margen para no opinar una sandez.

Mi pequeñísima y relativa cercanía con el deporte ocurrió hace mucho tiempo. Recuerdo como un momento verdaderamente glorioso el triunfo de los Cafeteros de Córdoba contra los Saraperos de Saltillo, que convirtió al equipo de mi tierra en campeón de la Liga Mexicana, en 1972 (contaba yo apenas 9 años). Y tengo muy presente el último ‘out’ cobrado por Pepe Rodríguez, uno de los jardineros, al fin de la novena entrada de un partido intenso que escuchábamos por la radio, así como la esplendorosa recepción que tuvieron los jugadores a su arribo a la Ciudad, ya con el trofeo en la mano.

Del beisbol de mi tierra recuerdo anécdotas aisladas de “Rico” Carty y de “Vic” Davalillo (hasta la falange de un dedo arrancada por una mordida en condiciones extrañas, me parece), así como a los hermanos Willy y Ramón Arano; tengo presente la rivalidad entre los Cafeteros y los Diablos Rojos del México que llevó al legendario mánager del equipo capitalino, Benjamín “Cananea” Reyes a bautizar el estadio cordobés como “Canibal Park”, pero no hay mucho más que eso en mi memoria deportiva.

También, ahora que escribo recuerdo que mi papá, generoso, accedió a tostarse el coco para llevarme a presenciar partidos de mañana de domingo, en jornadas de doble juego, cuando el Beisborama o Lázaro Penagos -que las dos nomenclaturas se usaron para el estadio- aún no estaba techado; lo cierto es que ni mi padre ni yo teníamos muy claro lo que ocurría sobre el campo de juego.

Es verdad que muchas, muchas tardes maravillosas de mi infancia las pasé intentando pegarle a una pelota de goma -a veces con el mero puño de la mano, en ocasiones con un pedazo de palo que hacía de bat- sobre la mejor cancha jamás construida: la calle 14 -entre avenidas cinco y tres-, en la que excepcionalmente había que suspender los partidos para dejar que transitara un auto inoportuno. Pero mi paso por la caja de bateo en pocas ocasiones hacía que me “embasara”, ya desde entonces quedaba claro que lo mío no era pegar de hit, mucho menos sacar la pelota del campo con un buen palo.

Con el tiempo tuve el privilegio de hacerme amigo del entrañable Mario “Toche” Pelaez, el mánager que junto con don Chara Mansur convirtió en campeones a los Cafeteros. Y también del genial José Domingo Setién -uno de los mejores cronistas de todos los tiempos-, pero ni siquiera su cercanía me dio las artes para saber, verdaderamente, del beisbol y menos aún de otras disciplinas. Poco puedo aportar a la discusión sobre el deporte en México, pues.

Por eso, me cuesta trabajo preguntar -quizá estoy equivocado- por qué si en México hay grandes, excepcionales talentos, estamos lejos de ser una potencia deportiva de talla internacional, por qué países pequeños y sin recursos obtienen mejores resultados que nosotros en las competiciones internacionales, por qué acaban en nada tantas promesas infantiles y juveniles en las distintas especialidades, por qué unos cuantos directivos corruptos de las federaciones deportivas pueden secuestrar estas actividades con el único objeto de lucrar y mantener bajo control absoluto -sin que nadie pueda impedírselos- a la práctica deportiva de las disciplinas en todo el territorio nacional, por qué en nuestro fut bol profesional importan poco o nada los resultados competitivos y sí, en cambio, los monumentales intereses mercantiles que preceden a cualquier competencia, chica, mediana o grande, por qué el deporte depende de los patrocinios no siempre útiles, de las “bebidas espirituosas” y productos “afines”, por qué los grandes profesionales -de fut o de beis, no importa- llegan a Veracruz y se “descomponen”...

Si la organización de los juegos Panamericanos con sede en Guadalajara se ha mostrado portentosa y digna de encomio, es de esperarse, por lo menos, que nuestros jóvenes atletas vean compensados sus grandes esfuerzos y obtengan los triunfos que coloquen a la delegación mexicana a la altura de la pachanga, que -todo indica- para organizar guateques y ceremonias inaugurales, somos buenísimos.

antonionemi@gmail.com

TRANSPARENTES

miércoles, 12 de octubre de 2011

Juan Antonio Nemi Dib

Recientemente me invitaron a charlar con un grupo de universitarios sobre las prácticas de transparencia y acceso a la información pública en México. Eran en su mayoría estudiantes de derecho, contaduría y administración, que acudieron al taller más por cumplir con la convocatoria de sus maestros que por interés personal, cosa que sin duda me hubiera ocurrido a mi también.

Ya de por sí es complejo el tema: aburridón, árido, muy técnico y especialmente proclive a politizarse; para colmo, es un asunto -como en prácticamente todos- en el que no soy experto ni mucho menos y lo que pueda decir no va más allá de los manuales disponibles. Por ende, quise motivarlos y empecé preguntándoles si ellos consideraban que los caminos a la democracia y la justicia son transparentes, es decir, si están a la vista de todos. Ante el silencio generalizado no me quedó más remedio que hacer uso de mis apuntes y lanzar (¿al aire?) algunas ideas como estas:

I] Actualmente parece existir consenso en torno a que la información pública es un componente esencial de los sistemas democráticos. Esto podría considerarse una nimiedad, pero basta reflexionarlo un poco para darse cuenta que no siempre ha sido así: por ejemplo, hubo un tiempo largo en que la lectura de la Biblia estaba expresamente prohibida incluso a los creyentes y se reservaba sólo a los ministros religiosos y teólogos, igual que médicos y farmacéuticos cruzaban mensajes en latín -las prescripciones-, para evitar que los pacientes, “los legos”, las entendieran.

Qué decir de los informes sobre el gasto público o, más precisamente, de la rendición de cuentas, que sólo recientemente se ha incluido en los catálogos mundiales de obligaciones de los gobernantes. ¿Quién en su sano juicio se habría atrevido a exigirle informes a un autócrata del siglo XIX -en Europa o América o Asia o África- saliendo incólume de la osadía? Hoy, en cambio, no se comprende que una autoridad pública se niegue a informar sobre su desempeño, sobre la forma en que construye y ejecuta decisiones que afectan a la población y al patrimonio público.

II] Se puede construir un silogismo perfecto afirmando que la falta de conocimiento respecto de los asuntos públicos y la secrecía en la administración favorecen el autoritarismo, la inequidad y las malas prácticas (incompetencia, despilfarro, corrupción). De suerte que, se supone, la disponibilidad de información pública de calidad respecto de los actos de autoridad debiera propiciar el buen gobierno.

III] Los expertos afirman que el libre acceso a la información pública facilita e incentiva la participación ciudadana. Una sociedad informada -se presume- se compromete más fácilmente con las causas del interés público y, por otro lado, el libre acceso a la información genera la presunción de una correlativa mejor administración pública.

IV] Parece un hecho inobjetable por obvio -y hasta una perogrullada- que la información pública es el camino para evaluar la calidad de la acción gubernamental, pero esto se entiende mejor si se asume que la información pública es el componente esencial de la rendición de cuentas, que la rendición de cuentas es un derecho esencial de los mandantes y una obligación irreductible de los gobernantes y que “las buenas cuentas hacen los buenos amigos”.

V] En el análisis de conflictos recientes respecto a la obligación de las autoridades de informar y el derecho a la gente de ser informada, destacan con mucho las mentiras utilizadas a sabiendas por George Bush Jr. y Anthony Blair para justificar la penosa, costosa y sangrienta invasión a Irak. Y es que el monopolio de la información relativa a asuntos públicos suele justificarse en razones no siempre convincentes o demostrables (seguridad nacional, salvaguarda del orden público, conservación de la estabilidad social).

VI] Según el analista Roderic Ai Camp, tradicionalmente, en México se suele monopolizar y resguardar la información pública como mecanismo de consolidación política y vía de éxito frente a la competencia entre pares.

VII] Si se acepta que una condición de libre acceso a la información pública favorece las buenas prácticas administrativas, facilita la adecuada impartición de justicia, entonces el libre acceso a la información debiera ser también un mecanismo igualitario para propiciar el desarrollo social.

VIII] La insuficiencia de información pública constituye caldo de cultivo para la corrupción (la conducta que se desvía de la función pública reglamentada debido a una consideración de índole privado o para obtener beneficios pecuniarios o de rango; o la violación de reglas por ventajas o consideraciones de carácter ‘privado’).

IX] Es evidente que la información respecto de los asuntos públicos constituye una fuente de poder. Quienes la poseen no querrán divulgarla de manera voluntaria en tanto perviva una visión patrimonialista de la información pública y, por otro lado, el proceso de movilización que ha permitido el acceso a la información pública es una suerte de conquista por parte de los ciudadanos y las organizaciones civiles.

X] Sin embargo, también se requiere -para que este esquema funcione- el ejercicio de una ciudadanía responsable en tanto que la transparencia, por sí misma, no es garantía de democracia ni de buenas prácticas administrativas. El uso adecuado de la información pública para el beneficio colectivo requiere una condición especial del ciudadano, con un mínimo de atributos cívicos y que incluye, por supuesto, el cumplimiento de sus deberes esenciales (respeto y cumplimiento de las leyes, aportaciones a la comunidad -sociales, fiscales, etcétera-, además del uso responsable de la información) y el ejecicio de corresponsabilidad en los asuntos públicos. Porque una sociedad en la que se ejercen derechos pero no se cumplen obligaciones puede ser tanto o más perniciosa que una sociedad desinformada.

El CEM

lunes, 3 de octubre de 2011

Juan Antonio Nemi Dib

Me tocó conocer al Centro de Especialidades Médicas Rafael Lucio desde que era apenas un proyecto. Fue quizá la obra más emblemática del Gobierno de Fernando Gutiérrez Barrios. Para algunos parecía una instalación monstruosa, sobrada e incluso innecesaria para una Xalapa que quizá tendría entonces la mitad de la población actual.

Me acuerdo de esto cada vez que voy al hospital: observo que no cabe un alma en las salas de espera, en los pasillos, en los ascensores, en las áreas de consulta y de análisis; para ciertas pruebas tienen que diferir las citas durante días y las áreas comunes son auténtica romería. No hay duda de que hoy es insuficiente y que, en no pocos casos, lo rebasa la demanda. Nomás darse una vuelta por el área de urgencias y uno entiende el sentido de la expresión “hacer milagros”, sobre todo cuando hay decenas de pacientes, mucho más que los previstos por el proyecto original, ocupando camas, camillas y cualquier lugar en el que puedan recibir atención de urgencia. Sus cifras de consulta externa son impresionantes, se cuentan por miles.

Cuando íbamos a empezar la transmisión del programa de televisión, “El Molcajete”, hicimos un programa piloto dentro del ‘nosocomio’, pero desde dentro, es decir, en sus entrañas: visitamos las cocinas -que preparan miles de raciones alimenticias cada día-, la lavandería -que cuenta su productividad en cientos de toneladas de ropa limpia para quirófanos, para los pacientes, para las camas-, la planta eléctrica -capaz de abastecer por sí sola a media Ciudad-, las bodegas, el banco de sangre, la farmacia, los talleres de mantenimiento, los enormes tanques donde guardan oxígeno y otros gases indispensables, por no hablar del mortuorio (que venturosamente estaba vacío). Y es que hace unos 20 años, cuando el doctor Burgueño operó de ambos pies a mi tía Lupe, bajábamos mi esposa y yo por uno de los ascensores cuando una enfermera lo detuvo y entro junto con una camilla que ella sola empujaba, cubierta con una sábana. Lucía se aferró a mí y me dijo en voz baja: “es un muerto, es un muerto”; para tranquilizarla, le dije a la enfermera: “¿verdad señorita que es ropa sucia?” y ella respondió ufana y a voz en cuello: “No señor, es un cadáver”.

Hoy, la central de urgencias médicas -el famoso CRUM, que recibe las llamadas de auxilio, organiza y distribuye los recursos para la atención de emergencias, coordina los servicios de ambulancia y traslado y prescribe a los paramédicos protocolos de atención primaria a los pacientes- funciona en un anexo del hospital de especialidades de Xalapa, pero presta servicio a pacientes de todas partes, pues se atienden consultas telefónicas incluso de los sitios más alejados.

Respecto del Centro de Especialidades Médicas, a lo largo de estas dos décadas y pico he visto quejas, algunas historias poco gratas, pero también sé y me consta -como dicen los abogados- de muchas experiencias maravillosas, de vidas que se salvaron, de trabajos médicos verdaderamente excepcionales, de gente a la que le recuperaron una extremidad lista para amputarse o de alguien que volvieron a la normalidad cuando prácticamente tenía perdida la vista, de neonatos en estado crítico que hoy son adultos felices, de decenas de médicos que cursaron -o cursan actualmente- sus estudios de especialidad en el “CEM”, como se le conoce. También son de alabarse los esfuerzos de su personal para trabajar con recursos limitados, con escasez constante y lógica y justa presión por parte de los pacientes y sus familiares.

Hay diversas propuestas por parte de los expertos en el tema de administración hospitalaria. Una se refiere a poner en marcha una instalación específica de medicina para la mujer y, por ende, “despresurizar” al Centro de Especialidades Médicas, al quitar de allí los servicios de gineco obstetricia que actualmente consumen buena parte de sus recursos, incluyendo el espacio. De hecho el nuevo “hospital de la mujer veracruzana” es un compromiso del Gobierno Estatal que deberá concretarse en el mediano plazo. Otra medida igualmente interesante sería el establecimiento de una torre -como les llaman ahora- de traumatología y ortopedia, con capacidad para darle curso adecuado a las decenas de urgencias médico-quirúrgicas provocadas cada día por traumatismos.

Con todo y las limitaciones que presenta en su operación, uno se siente seguro a sabiendas de que los doctores más preparados están en el CEM, los que hacen transplantes, los que hacen intervencionismo cardiaco y procedimientos de hemodinamia para salvar a personas con problemas cardiacos graves, los que utilizan la mejor tecnología para corregir las lesiones de retina; y también se debe destacar la generosidad de su personal (más de 30 personas de muy variadas formaciones y especialidades) para atender a cientos de niños y jóvenes con labio leporino y paladar hendido a los que el hospital trata de manera absolutamente gratuita.

Con todo y sus fallas, que las tiene, me pregunto cómo estaría Xalapa sin el CEM. Mejor no indagarlo.

 
Director General : Carlos Morales Tapia | Jefatura de Información | Radio, Columna y Espacio Informativo
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