* Perdone usarcé, ¿qué horas son?
* Las once.
* ¡Dichoso usarcé, que sabe la hora en que muere!
Brillaba el puñal en las tinieblas, se escuchaba un grito sofocado, el golpe de un cuerpo que caía, y el asesino, mudo, impasible, volvía a abrir el postigo, atravesando de nuevo el patio de la casa, subía las escaleras y se recogía en su habitación.
Don Juan Manuel de Solórzano
Leyenda de “La calle de Don Juan Manuel”
El término asesino serial fue introducido en la década de los setenta por Robert Ressler, quien trabajaba en el FBI y se encargaba de hacer perfiles psicológicos de criminales. Fue hasta ese entonces que se logró diferenciar entre los que mataban con un móvil determinado y a quienes lo hacían sin un motivo aparente.
Sin embargo, el asesino serial se conoce desde mucho antes de que se le diera una denominación. En México, el primer caso, según registros periodísticos, fue el de Francisco Guerrero, “El Chalequero”, a finales de siglo XIX; él desataba toda su furia contra prostitutas, mató a más de 20 en la Ciudad de México. El modus operandi de “El Chalequero” era un tanto similar al que utilizó 50 años después Gregorio Cárdenas y en los sesentas el llamado “Jack mexicano”.
Los tres operaban en la Ciudad de México, tenían especial predilección por las prostitutas y las mataban después de tener relaciones sexuales. En el caso de “El Chalequero”, se deshacía de los cuerpos de sus víctimas por los alrededores del Río Consulado, mientras que Gregorio Cárdenas enterraba los cuerpos en el jardín de su casa; el “Jack mexicano” dejaba recados con lápiz labial en los cuartos de hotel donde retaba a las autoridades a capturarlo.
El caso de Gregorio Cárdenas, “El Estrangulador de Tacuba”, es el que hasta hace poco causó mayor revuelo entre la sociedad mexicana, tanto por la saña con la que cometía sus crímenes, como por ser ovacionado en la Cámara de Diputados tras su liberación de la prisión de Lecumberri por ser considerado como un claro ejemplo de readaptación social. Además, fue gracias al caso de Goyo Cárdenas que, la muerte de Jorge Cuesta, pasara desapercibida.
En definitiva, son casos que han causado conmoción entre la población de las grandes urbes, pero que eso ocurra en provincia, esta (o estaba) muy lejos de ser cierto, era, apenas un pequeño cuento con el que se deleitaban muchos aficionados al “detectivismo empírico”, las autoridades correspondientes, sobre esos casos, no hacían el menor esfuerzo por investigar verdaderamente, como ocurre, precisamente ahora, en Veracruz, con los asesinatos de mujeres en diversas partes de la entidad.
Las muertas de Juárez fue, en nuestro país, el parte aguas de las investigaciones criminales, pero sobre todo, la hebra que destapó la cloaca de la corrupción policíaca a gran escala, dando como resultado que, policías de todos los niveles, protegieran a uno o más de uno, de los involucrados en asesinatos y desapariciones de las muertitas, amén de que, en ello, hay más de un grupo involucrado y de todo eso, la policía lleva un muy buen historial.
Veracruz ha venido, de a poco, a convertirse en uno de los estados con mayor número de muertes femeninas en el país, según las ONG’s, ocupa el segundo lugar nacional en feminicidios, si la mayoría de estos fueran de prostitutas, la preocupación de los encargados de la seguridad pública nacional, sería menos que nula, sin embargo, hay muchos interesados en encontrar a los culpables de estos atentados en contra de las mujeres mexicanas y ahora también, veracruzanas.
Es importante que las autoridades se pronuncien contra la violencia hacia las mujeres, y algo muy importante, sobre las indígenas, que están mucho más vulnerables, dijo en su momento, el pasado 2 de febrero de 2011, la abogada Yuriria Rodríguez. El 11 de mayo de 2007, el diario política escribía: "la región de Orizaba registra el mayor número de feminicidios en el estado de Veracruz y durante los últimos 14 meses se han contabilizado y documentado 35 asesinatos de mujeres."
El 15 de octubre de 2010, ms noticias punto com reportaba: "En reunión con diputadas de la Comisión Especial de Feminicidio del Congreso de la Unión, el Procurador Salvador Mikel Rivera reveló cifras preocupantes sobre asesinatos de mujeres, en Veracruz –entre ellas niñas– que en los últimos 5 años se han incrementado.
Durante el encuentro –transmitido este miércoles por el canal del Congreso de la Unión– Mikel informó que hay la Procuraduría ha recibido en este mismo periodo 309 denuncias de asesinatos de mujeres, de las que 90 se consignaron con detenidos; en 92 no se ha logrado detener a culpables y 89 son casos en reserva donde se sigue investigando."
La mayoría de los asesinatos “pasa desapercibido” porque, las autoridades, los deudos, los familiares, los medios de comunicación, hacemos mutis sobre el asunto pretendiendo, con ello, callar el grito de quienes, a pesar de lo mucho que han logrado en 100 años, de lo importantes que resultan en una elección o en el hogar, el trabajo y la vida cotidiana, no las tomamos en cuenta, seguimos marginándolas y condenándolas a un mísero lugar en la cocina.
Por momentos, pensé que, aquello del machismo era cosa del pasado, que el ser macho, sólo aplicaba a los animales salvajes, sin embargo, todos aquellos que callamos ante un crimen catalogado como feminicidio, también somos cómplices del mismo y nos hacemos acreedores a los mismos adjetivos con los que calificamos a los animales que los cometen, sean de la naturaleza que sea.
Para poder vivir bien, hay que vivir en libertad, sin embargo, ¿Dónde comienza y donde termina? ¿Cómo saber cuando es libertad y cuando libertinaje? ¿Realmente el asesinato y el suicidio hacen, verdaderamente libres al hombre? ¿O sólo porque el asesinato es catalogado como una de las bellas artes, vamos a permitir que siga pasando?
Se recibe escombro: yo.acuso.blog@gmail.com
-No pregunte por teléfono, últimamente está empeñado en no andar conmigo-
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