Late

Tonight

Does it have to be the old thing

Tonight

It's late, too late

To chase the rainbow that you're after

I'd like to find a compromise

Ooh! And place it in your hands

My eyes are blind, my ears can't hear

Oh, and I cannot find the time

Elton John

En los últimos días, la violencia ejercida por el crimen organizado, aunque sea una guerra entre cárteles, está dañando seriamente a la sociedad en general, llenando con un clima de tensión social a nuestro pa{is lo cual, obviamente origina incertidumbre y descontento, situación que inevitablemente traspasa nuestras fronteras; la pregunta obligada ahora consiste en: ¿Es necesario encontrar a un líder como Eliot Ness y su grupo de Intocables o simplemente el gobierno tiene que hacer lo que DEBE de hacer?

El ambiente de zozobra que se cierne sobre la República. La violencia cotidiana del crimen organizado coludida con un gobierno penetrado por las mafias –y que opta por las vías represivas y militares para enfrentar el descontento social–, conjuntamente con el grave deterioro de las condiciones socioeconómicas de la mayoría de la población, provocan la pesadumbre de amplios sectores rurales y urbanos que ven amenazados sus trabajos, entornos familiares, patrimonios e incluso la propia preservación de sus vidas.

Lo que parecía un sueño lejano, una película hollywoodesca, está siendo superado por una realidad mexicana en la que, el culto al capo, al cártel y a la violencia, se torna un asunto de seguridad nacional, ya no se trata sólo de los corridos de Los Tigres del Norte, sino que, además, los personajes novelescos están salaiendo de la ficción y se plantan, descaradamente, en medio de la sociedad que los ve con temor y desagrado.

Las clases medias y altas expresan públicamente su fundada indignación por los secuestros, homicidios y atracos de todo tipo, y por la corrupción e incapacidad de las autoridades para responder a este tsunami de criminalidad incontrolable, sin vislumbrar todavía el fondo de sus causas estructurales y políticas; sin entender la violencia sistémica del capitalismo que deja sentir sus rigores en el hambre, la enfermedad, la desocupación y la pobreza generalizada de millones de personas; en la guerra social desatada contra resistencias y oposiciones.

VERACRUZ. VER..-A nombre del Pueblo y Gobierno de Veracruz, el gobernador Fidel Herrera Beltrán encabezó, en la sala de cabildos del ayuntamiento porteño el homenaje póstumo al comandante Simitrio Rodríguez Gómez, acompañado del alcalde Jon Rementería Sempé, integra ...

No ha sido gratuira la exigencia de algunos personajes de la política que exijen la destitución de Felipe Calderón quien, por otra parte, si en verdad hubiéra una democracia y se efectuara un plebiscito en nuestro país, no alcalzaría a concluir éste año, ya no digamos el sexenio. Lo mismo ocurre con algunos gobernadores y presidentes municipales pues, la lucha del hampa es por la posición, por el mercado, el reconocimiento y más ahora que, entre otros, se relaciona a la guerrilla cubana con los principales cárteles mexicanos de la droga .

Veracruz no es una excepción a esta generalidad, por el contrario, se está convirtiendo en un botín no sólo político, sino criminal por ser, además de uno de los estados más ricos en recursos naturales, paso obligado para cargamentos de narcóticos desde hace ya mucho tiempo, sólo que ahora, parece que las autoridades ven con más contemplación el hecho ya que, la paga en nuestros días es en dólares.

El gobernador Fidel Herrera Beltrán advirtió que caerá todo el peso de la ley a quien, abusando de su cargo se convierta en cómplice, por omisión o por participación, de las cadenas del crimen y agregó que se realiza una completa investigación para impedir que se presenten otros casos como el del comandante de policía de Alvarado, Juan Carlos Valerio Cruz, quien está a disposición de las autoridades correspondientes.

Valerio Cruz está considerado como uno de los pocos policías honestos de Veracruz y cayó En cumplimiento del deber, sólo nos queda esperar la verdadera actuación de los gobiernos estatal y federal en consecuencia pues, desde el caso de Karina –con sus muy serias dudas y vacios legales- hasta hoy, parece que no da pié con bola y se dedica a fabricar culpables, ejerciendo la vieja práctica pre olímpica de la policía nacional.

Por eso es que se exige “mano dura” y se apoyan las medidas de militarización y un mayor rigor en los castigos, demandando incluso la pena de muerte contra los perturbadores del “orden público”, pero al mismo tiempo, se ignora la tortura, el asesinato y las desapariciones forzadas de cientos de luchadores sociales, la existencia de presos políticos en todo el país, la acción de grupos paramilitares en Chiapas, los numerosos periodistas muertos en el ejercicio de su profesión o las constantes violaciones a los derechos humanos cometidas por el Ejército, las policías y la maquinaria judicial. Se observa el problema como una cuestión de eficacia y se exclama: “¡Si no pueden, renuncien!”, sin ir más allá en el análisis de esta realidad delictiva que sufren los mexicanos. No se trata del clamor: “¡Que se vayan todos!” de los piqueteros argentinos, que expresa una mayor concientización en torno a la inutilidad generalizada de la clase política de este país.

Sólo me resta decir, en temporada previa a elecciones en Veracruz y nuestro país en general: ¡Las putas al poder…! Porque con los hijos nos está llendo de la chingada