La irrupción de la guerra en la vida cotidiana del México actual no viene de una insurrección, ni de movimientos independentistas o revolucionarios que se disputen su reedición en el calendario 100 o 200 años después. Viene, como todas las guerras de conquista, desde arriba, desde el Poder.
Y esta guerra tiene en Felipe Calderón Hinojosa su iniciador y promotor institucional (y ahora vergonzante).
El Sub.
“Como mexicano comprometido considero que hay que despegarse de medios de comunicación que no fomenten una visión crítica, objetiva y real del país (si es que queremos que en México se viva como en países “desarrollados”). Que hay que cambiar nosotros mismos, cierto, pero el ser un mexicano ejemplar no ayudará si no nos fijamos a quien ponemos en las instituciones públicas que toman decisiones que a todos nos afectan.”
La anterior cita corresponda a “la banda”, un personaje que firmó así en uno de los blogs más visitados del país: http://www.hazmeelchingadofavor.com, y el epígrafe, se lo acreditan al Marcos de la resistencia chiapaneca, sin embargo, aunque durante su mandato fue duramente criticado por la completa falta de seso para manejar la administración pública nacional, si ponemos a tención a lo que dice el ex presidente de la nación, Vicente Fox Quezada, lo aceptaríamos complacidos.
Pregunto: ¿Qué haría una nación con 320 mil millones de dólares? ¿Y un individuo? La verdad, 320 MMDD es, muchísimo dinero y es, lo que dicen agencias internacionales, es el ingreso económico por el trasiego, manejo, tráfico y todo lo relacionado con el negocio de las drogas; el pasado 23 de marzo, “los principales consorcios mediáticos del país, acompañados por opinadores, cúpulas empresariales y algunos organismos no gubernamentales, se pusieron de acuerdo para uniformar su línea editorial en el tratamiento noticioso de la violencia y la criminalidad que sacuden al país.”
Muchos nos adherimos al decálogo sobre el manejo de la información que, desafortunadamente, cubre los principales titulares de nuestro país y el extranjero, sobre las muertes voluntarias e involuntarias, propiciadas por el crimen organizado, al que simplemente se le denomina: Narco.
Empero, muy pocos han sido los que se detienen a pensar, a quien o quienes beneficia esto, en el diario La Jornada escribieron al respecto: “Ciertamente, la tarea de informar requiere de responsabilidad, sentido social y conciencia de las posibles implicaciones y consecuencias de lo que se difunde. En este sentido, pero más allá de esa consideración elemental e irrenunciable del oficio, cabe preguntarse por las razones que llevan a semejante ensayo por uniformar los criterios editoriales de la mayor parte de los medios del país y a buscar una suerte de verdad única en torno a una circunstancia nacional llena de ambigüedades, zonas grises, hechos que resultan incomprensibles con base en las versiones oficiales y una legalidad vulnerada por las organizaciones delictivas, pero también por las dependencias públicas.”
Los entre líneas apuntan hacia una oscura zona de la que todos sabemos, pero ninguno nos atrevemos a señalar, menos aun, acusar con índice de fuego, la cúpula política y, en estos días rápidos y furiosos, a las agencias internacionales y sus intereses económicos; si revolvemos un poquito el fango que se medio acentúa con las distracciones de cadenas nacionales voluntarias, notaremos que, uno de los grandes ausentes ha sido Carlos Slim.
Sí, el hombre más rico (y poderoso) del mundo, o debemos escribir: el mexicano, dueño de Teléfonos de México, aquella paraestatal vendida (¿Vendida?) en tiempos de Carlos Salinas a un particular y que es hoy, la empresa en telecomunicaciones o una, de las más poderosas del mundo.
La unión Televisa y TV Azteca es para demostrar poder, sin embargo, el capital ahí reunido no es, ni con poco, suficiente para igualar la fortuna de un hombre que es capaz de aumentarla en 20 MMDD anuales, gracias a TELMEX y las empresas que se ha ido “agenciando” y que pronto, a pesar del bloqueo de los mass media, comenzará a trasmitir televisión en señal abierta en HD, dejando en entredicho al oligopolio que convocó a la Iniciativa México.
Porqué desviar la atención de “La guerra” contra el narco iniciada por Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa y sus cuates, entre ellos, varios prominentes políticos priistas principalmente, cuyas fortunas están en entredicho, “al recibir un premio en la Ciudad de México, el escritor Eduardo Galeano señaló que México está siendo ‘víctima de la hipocresía del narcosistema universal, donde unos ponen la nariz y otros ponen los muertos, y unos declaran la guerra y otros reciben los tiros.’”[1]
El semanario mexicano Proceso publicó cifras de un “Reporte confidencial” que el Secretario de la Defensa Nacional –Guillermo Galván Galván- expuso ante diputados federales. En esas páginas se dan los siguientes datos: Fuerzas de Seguridad Pública: 1, 481 elementos asesinados y 1,046 heridos. Ejercito: 81 muertos y 190 heridos. Cárteles: 870 muertos y 190 heridos. Esto es 2432 muertos.
la misma Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA) ha reconocido cifras que superan los 34 mil muertos como producto de la guerra iniciada por Calderón desde 2006. Comparando ambos informes, sabemos que hay más de 31, 500 personas asesinadas que nada tenían que ver con el supuesto objetivo de su guerra: el narcotráfico.
Esa última cifra se vio incrementada el pasado domingo 27 de marzo con una cifra extraoficial de 3 muertos y más de una docena de civiles heridos en la ciudad y puerto de Veracruz, lo peor no fue enterarse de estos datos sino que, por alguna razón, entre la gente de prensa atenta a los acontecimientos de ese día, cuando el Gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa convocó a su gabinete de seguridad, filtraran, en apariencia desde la subsecretaría de gobierno, el dato de que, los sicarios muertos fueran escoltas de un alto funcionario de la administración pasada, es decir, de la de Fidel Herrera Beltrán.
Verdad o mentira, filtrada o no, es motivo suficiente para ponerse a pensar que, en el estado de Veracruz, además de ser paso obligado del tráfico de drogas, ahora también es campo de batalla, no podemos afirmar o negar, si entre bandas rivales o resultado del llamado del presidente de la república a la cruzada contra las drogas…
Desde éste punto de vista, Fox (el mocho, el panista, el pusilánime, el inepto y ultra moral) tiene razón al decir que, las drogas deben legalizarse, no sólo en nuestro país, sino en todo el mundo, sin embargo, un negocio de 320 mil millones de Dólares, muy rentable (más que la guerra del Golfo o Vietnam, el desembarco fallido en Bahía de Cochinos) no tan fácilmente se dejará doblegar, mucho menos si, con esa cantidad se puede comprar a legisladores locales (en el estado de Veracruz tenemos varios), nacionales, alcaldes, gobernadores y claro, hasta un presidente de la República.
Y si hablamos de nuestros vecinos del norte, no se trata de la gente que se va a envenenar, sino del dinero que dejarán de percibir las agencias por concepto de narcotráfico.
¡NO MÁS SANGRE: LEGALICENLA!
[1] La Jornada, 23 de febrero de 2011
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