Tres tristes tigres
Guillermo Cabrera Infante
Para los enterados, el epígrafe no les causará menos que una sonrisa, para los que no, básteles saber que, uno de los primeros textos de mi infancia fue la novela del cubano que lleva ese título y que, el ex novio de Angélica María, tomara para hacer un muy simpático cuento y que me viene a la memoria, precisamente ahora que Javier Duarte presentara su Plan Veracruzano de Desarrollo.
Ah, me olvidaba, comenzamos por donde se debe, no por donde se puede, por aquello de quienes, sintiéndose columnistas experimentados, olvidan que no debe escupirse pa’ rriba, porque les puede caer a la cara, sobre todo, si alguien les llega a recordar, lo feo que es haber tenido y ahora no tener o tener muy poco, y sentir que aún con eso, se le puede pisar la cola al dinosaurio, ya que olvidan que, para decir que aún seguía ahí, primero hay que despertar, aunque sea de tránsito.
Transito es el adjetivo que se utiliza para designar el movimiento de un punto a otro, del más al menos, de arriba abajo, del coche de lujo al taxi, en fin, pero vamos a entrar en materia: fue alrededor de 1985, cuando a la ciudad de Córdoba llegó la exposición del doctor Miguel Ángel Morón Ríos: Coleópteros: 300 millones de años de evolución.
Se montó con el apoyo de la Universidad veracruzana en el salón del Campesino Español de Córdoba (¿o era casino, ya no lo recuerdo?) y nos recibía la maqueta de un enorme coleóptero que, para aquellos que no están enterados, es la palabra científica que denomina al escarabajo, tortuguita, molinillo, molinete, temolín (nombre náhuatl), gorgojo o, para acabar pronto: Mayate (por favor, que nadie se sienta aludido).
Más tarde y ya en la facultad de biología, pude conocer más de cerca a estos bichitos que, para muchos, puede ser un simpático animalito y para otros, un verdadero dolor de cabeza, como el de los gorgojos en los frijoles, la broca del café, el desgranador del arroz, el comemaiz (así, sin acento), en fin, una verdadera plaga para los que saben (y para los que no, también).
En mi caso, no tuvieron que pasar tantos millones de años para darme cuenta de la similitud de estos animalitos con el reino de los políticos y ahora me doy a entender: estos insectos viven en todos los hábitats, desde el acuático hasta el underground, llegan a ser parásitos o verdaderos constructores de edificios subterráneos o dentro de la corteza de los árboles e incluso, muchos de ellos, que pasan su feliz infancia dentro del estiércol.
¿A poco no les llega a la memoria algún político de esa naturaleza? Tomemos, por ejemplo, al famosísimo Escarabeus soccer (Soser, no soquer, como fútbol, porque es que es en latín), éste hermoso ejemplar, típico de los muros polícromos de las pirámides egipcias y conocido como escarabajo sagrado, es un verdadero roda-caca, ya que necesita del excremento para poner sus huevecillos (lo mismo que un político que piensa que su pantano es de esos.)
Lo curioso es que, para los grandes faraones egipcios, para el pueblo de Egipto, se referían al escarabajo sagrado, como Ra Men Kepher, que significa Ra, creador del Universo. Era utilizado como un gran amuleto que le protegía de las enfermedades y la muerte y solía estar realizado en lapislázuli, azurita y sugilita y era engarzado en anillos, broches y brazaletes, como es el caso de la pulsera encontrada en la tumba de Tut-Anj-Amón, con un gran escarabeo, azul oscuro.
Quizá ahora (no se con qué claridad) comprendan que, hay gente para todo, sobre todo, en el ámbito político, tal como lo describiera magistralmente un cordobés universal (me refiero a Emilio Carballido), en su cuento Cubilete; lo curioso es que, cuando las cosas dentro del amazing world de la política cambian, muchos castillos de naipes y de arena caen con poco viento, es decir, por su propio peso.
Lo malo es que, en medio de esa caída estrepitosa, que lo es, nadie quiere quedarse a vivir fuera del vaso, hay muchos que, incluso, son capaces de agarrarse de un clavo al rojo vivo para no caerse y en esa acción, son, incluso, capaces de decir que, fue Tyler Durden el que hizo las cosas que dicen los demás que hice, de echar de cabeza a quien los apadrinara en un principio y hasta de mandar al matadero a quien les diera la vida, para seguir gozando de las bendiciones que da el vivir dentro del vaso.
Pobrecito del diablo, ay que lástima le tengo, dijo Pito Pérez en su momento y ayer, durante la presentación del PVD, cuando Duarte decía, por ejemplo, “pasar de las estrategias a las acciones y a los resultados”, hubo alguien por ahí, fidelista hasta las cachas (obviamente queriendo cambiar de camiseta) que eran palabras vanas para un político inexperto, que le debe todo a la fidelidad y de ahí copió su proyecto.
Supongo que olvida que, hacer un compromiso con la sociedad, no significa hacer un compromiso con la gente que deja (como lastre) la administración anterior, baste recordar que, hubo una vez, en nuestro país que, un presidente, expulso (vox populi) al que vivía enfrente, para que lo dejara mandar y todavía hoy, en mis recorridos por el estado de Veracruz, autóctonos Tzoncoliuhques, popolucas, quechtecos o cuextecos, Tzapotecos y totonacos, le siguen llamando Tata.
Una esperanza, no significa tener fe en que me van a dejar vivir dentro del vaso, sino, por el contrario, ver que el contenido del vaso, alcance para todos y por partes iguales, mejor aún, que un compromiso, no significa solamente “crear puentes para comunicar a Veracruz”, sino comprometerse a que, esos puentes, sean el motivo por el que me recuerden como un buen gobernante, no como uno que critica la paja en el ojo ajeno, sin ver la viga en el suyo.
Una esperanza significa, poner todo el empeño necesario para que, la fe alcance para que un compromiso se cumpla y seis años no son suficientes para “abatir la pobreza en un 50 por ciento de acuerdo a los indicadores actuales”, para ello, es necesario que la fe que pongamos en quien gobierna Veracruz, alcance para que pueda cumplir ese serio y muy fuerte compromiso con la sociedad, aun a pesar de que sabemos que, nuestro estado, se encuentra endeudado por más de 40 mil millones de pesos, de la bursatilización de la administración pasada.
Más de mil puentes no son suficientes para sustentar nuestra fe en cosas intangibles y promesas rotas, pero más de siete millones de veracruzanos, son suficientes para, en estos tiempos tan oscuros, que la fe resurja en un mandatario joven, como la mayoría de los que creyeron en él para gobernar, y nos conduzca a buen puerto y poniendo cada cosa en su lugar, teniendo, un lugar para cada cosa.
Finalmente, y esto me va a salir natural a pesar de que siempre me ha costado trabajo chocholear a la gente, mi reconocimiento al trabajo que, en 120 días, ha venido desempeñando, al frente de la dirección de Comunicación Social, Gina Domínguez, quien ha sabido reconocer la diferencia entre periodista y timador de una forma tan sencilla y clara, además, por la organización que mantuvo durante el evento del PVD, vayan a ella y a su equipo, mi mas sincero reconocimiento.
Carlos Morales Tapia
Se recibe escombro: yo.acuso.blog@gmail.com
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