Claudia Guerrero Martínez
“El fin del terrorismo no es solamente matar ciegamente,
sino lanzar un mensaje para desestabilizar al enemigo”
Umberto Eco, escritor italiano.
Terrorismo es una palabra fuerte. Inspira temor, inseguridad y reprobación. El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define terrorismo en su primera acepción como la dominación por el terror. La segunda, es sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror. Para entender la naturaleza del terrorismo, habría que detallar que esta palabra apareció por primera vez en Francia en el siglo XVIII, poco después de la Revolución Francesa, durante el Régimen del Terror, cuando el Gobierno Jacobino de Robespierre en el poder, ejecutaba o encarcelaba a todas las personas que eran consideradas contrarrevolucionarias.
Es el término que se refiere al uso calculado de violencia o amenaza de la misma, contra la población civil, normalmente con el propósito de obtener algún fin político o religioso. Sin embargo, no existe una única definición aceptada universalmente, de terrorismo. Dentro de los instrumentos utilizados, se incluyen la violencia física contra las personas, como el secuestro, tortura, ejecución extrajudicial, violencia moral, los grafitis o presión social. Además, violencia contra bienes privados y públicos, como la destrucción de los mismos con materiales explosivos contra blancos civiles. El objetivo final no es la víctima u objeto afectado sino la consecución del cambio que persigue.
Lo sucedido en Monterrey, Nuevo León es indignante. Vergonzoso. Vaya, no tuvo madre, para acabar pronto. Personas inocentes mueren a causa de una lucha irrefrenable entre Gobiernos y delincuencia organizada. Ya no se puede dar marcha atrás. Ya no se puede parar. Se deben tomar medidas drásticas o habrá más muertes qué lamentar. Los grupos delincuenciales muestran su desesperación ante la persecución militar y se lanzan como Ayatolas en contra de la ciudadanía para dar un mensaje al Gobierno Federal: Irán con todo y contra todos. No importa el fin, sino los medios, consecuencias y el resultado.
Pero también hay terrorismo en Veracruz. Y es algo que el Gobierno Estatal lo ha querido ocultar. Hechos “aislados” como el incendio con granada en clínica de belleza; atentado en un club hípico de exclusivo fraccionamiento Las Hayas en la capital del estado, balear la casa de exfuncionario en Alvarado; entregan cabezas y cuerpos descuartizados con notas directas; manos, lengua y orejas envueltos como regalos, entregados a remitentes de conocidos políticos, son también, parte de este terror imperante en Veracruz…
Ahora, la administración de Javier Duarte busca mecanismos para crear cortinas de humo. Pretende atemorizar a los usuarios de redes sociales, quienes son los peores críticos de su gestión administrativa. Le exigen que renuncie y otros, hasta recordatorios de 10 de mayo. Algunos hasta ventilan pasajes de su vida íntima. El empleado de los veracruzanos le entra al juego. Contesta de forma ruda y a su vez, sarcasmo provocativo. “El que se lleva, se aguanta”, opinan los amantes de las nuevas herramientas de comunicación por la Internet. Y lo cumplen. Se van con todo contra Duarte y éste último, termina el intercambio de mensajes, con silencio… Silencio que inspira intolerancia y malas decisiones….
La detención de Maruchi Bravo Pagola y Gilberto Martínez Vera es eso, un distractor. Piensan que reteniendo a estas personas, aminorarán el descontento y desilusión de los millones de usuarios de redes sociales, por esta administración estatal. Es más, hasta la Red de Anonymous, especialista en hackers internacionales lanzan una advertencia de “tirar” los portales de Gobierno de Veracruz , el 30 de agosto, si no declina Duarte en sus pretensiones de darles auto de formal prisión a los twitteros detenidos… Esto se está saliendo de control y todo, por la intolerancia y malas decisiones…
El Twitter y Facebook han sido duramente criticados por políticos estatales. Advierten ser herramientas poco creíbles. No les dan el crédito y la fuerza que se merecen. Nada más observen cómo derrocaron al expresidente de Egipto Hosni Mubarak, por la fuerza de las críticas internacionales en las redes sociales que desembocaron en su renuncia, como ejemplo más palpable.
La prensa en Veracruz ha sufrido de terrorismo psicológico. La muerte de Miguel Ángel López Velasco y Yolanda Ordaz, periodistas del Periódico Notiver, ha logrado que la mayoría de medios de comunicación “le bajen” a sus notas policiacas y críticas al gobierno estatal, por miedo de que algunos de ellos, sea la siguiente víctima. Ya lo habíamos comentado en anteriores entregas, la forma en que además de no pagarles a las empresas periodísticas desde enero de este año, acosan, amenazan, piden despidos injustificados y cambios de cabezas periodísticas, con la advertencia de retirarles la publicidad institucional, la cual en gran parte, viven la mayoría de los medios de comunicación…
Qué más ocurrencias habrá en este Gobierno Duartista. Se colapsa la economía en el estado y siguen pidiendo más préstamos, para endeudar a los veracruzanos. Total, lo pagan los ciudadanos. Usted, yo y todos los que vivimos en este hermoso estado. Entidad federativa donde se observa asiduamente, la presencia del Ejército y la Marina…
Camiones llenos de militares hacen rondines en busca de algo o de alguien en caminos vecinales alrededor de la capital del estado. También, en céntricas calles de las principales ciudades de Veracruz. Y todo, a la caza de células delincuenciales. Por fin, comprendió el Gobierno del Estado que debe dar apoyo y facilidades para detener la ola de inseguridad. Los fuertes operativos, detenciones de jefes de plaza coludidos en la venta de droga y las muertes de víctimas inocentes, son algo que también, por fin, reconoce Duarte y su Gabinete…
No hay peor lucha, que la no realizada. Y más, si nombran como terrorismo cibernético a quienes usan estas redes sociales como forma de expresión para informar a la ciudadanía. Acusan a éstas de desinformar, cuando principalmente se ventila la incapacidad de este Gobierno Estatal cuando se presenta una crisis de ingobernabilidad. Asesores experimentados en cuestiones de seguridad y Gobierno deben ser contratados. Y no, haber nombrado a inexpertos en política, que se ganaron el puesto gracias a sus mapacherías para hacer ganar a Duarte. Los casos son muchos, como un conocido político que manda todos los días boletines a medios de comunicación, en los cuales “informa”, las reuniones con Alcaldes, asociaciones políticas y civiles… Y como plus, envían la foto del recuerdo, teniendo como fondo, la fotografía de Javier Duarte, que por cierto, no es su mejor ángulo…
Hacia dónde vamos. Es preocupante, inteligentes lectores lo que ocurre en Veracruz. Desde nuestra trinchera hemos realizado un análisis sustentado y serio. Pero no es suficiente. Como ciudadanos tenemos la responsabilidad de exigir a nuestros gobernantes que nos den certeza, tranquilidad, seguridad, salud, empleo y educación… Y tal parece, ser difícil para esta administración estatal de dotar todo esto, pues sólo se preocupa en ocultar los desvíos y robos al erario estatal. Amparar expolíticos y salvarse de investigaciones concretas por anomalías administrativas. Lo demás, no es urgente.
Nuestras carreteras están destruidas y venden un estado próspero invitando a los turistas a visitar Veracruz. Al final, los visitantes se quejan de caminos intransitables. Venden la idea de más y más empleos, cuando muchos no encuentran un salario decente. Y peor, hospitales estatales con carencias por la falta de medicinas…
Terminar con las mentiras, eso pedimos. Decirle a los veracruzanos cuánto debemos, cómo estamos, qué se hará y hacia dónde iremos, será la única forma de finalizar con los rumores y aseveraciones infundadas. Los ciudadanos buscan la verdad de cómo está el estado y las redes sociales ha sido su nicho. Su cobijo, ante el ocultamiento del Gobierno estatal… Así que me resta preguntar: ¿Quién tiene la culpa de de todo esto?...
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